Todos podemos ser asesinos: Daniel Giménez Cacho
Daniel Giménez Cacho lleva a escena la obra "Misericordia", protagonizada por ocho mujeres que caminan juntas en la Caravana por la Paz
Por la libertad de las ideas
En los últimos años, la prensa mexicana ha vivido momentos difíciles debido a la violencia y al crimen organizado. El PEN Internacional se solidariza con los periodistas y comienza actividades en nuestro país a favor de la libertad de expresión. Presentamos un recorrido por la historia de la organización y una entrevista con John Ralston Saul, su presidente.
Mi mamá es un zombi
Así despertó un día. Era un lunes como los he visto amanecer por montones, sólo que esa mañana en lugar de levantarme suave y cariñosamente, mi mamá intentó morderme los pies. Yo estaba dormido y primero creí que era una pesadilla. No reconocí que fuera ella. Sólo vi una horrenda cabeza con pelo negro que lanzaba mordiscos. La pateé con todas mis fuerzas y juro que escuché cómo tronaban algunas de sus vértebras.
Historias de zombis, la nueva moda literaria
Los zombis carecen del romanticismo y de la personalidad que poseen los vampiros, pero no por ello son menos seductores. Esos muertos vivientes que siempre en hordas van por la vida devorando cerebros, han cobrado una fuerza arrolladora y se han convertido en un fenómeno de la cultura contemporánea.
Charles Dickens y la invención de la realidad
El 7 de febrero celebramos 200 años del nacimiento de Charles Dickens, en cuyos relatos y novelas conviven el pensador social, el sabio humanista y el humorista vivaz. No sólo dio aliento a centenares de seres que personificaron unas vidas tan inverosímiles como extremas, sino que capturó el espíritu de un paisaje urbano —Londres y sus calles decrépitas— sin el cual no pueden concebirse la ruindad y la bondad humanas. "Laberinto" ofrece ocho acercamientos polifónicos a su obra y su legado. Por estas páginas caminan el niño empleado en una fábrica de betún, el editor y periodista (con un texto inédito en español), el padre de familia, el enamorado, el escritor incansable a quien debemos la apología de esa institución literaria ya tan en desuso: el final feliz.
martes, 28 de febrero de 2012
Taibo II presenta libro que desmitifica El Álamo
Luego de 60 años de haber sido escrita, presentarán “Claraboya” en Madrid
Da José Agustín adelanto de su nueva novela “La Locura de Dios”
Delirio y sueño, elementos que acercan a Cervantes y Freud
lunes, 27 de febrero de 2012
Lista de ganadores en la 84 edición de los Oscar
La Academia de Hollywood dio a conocer hoy los premiados en la ceremonia de la 84 edición de los Óscar, que se celebró en Los Ángeles.
El listado definitivo de los galardonados es el siguiente:
MEJOR PELÍCULA
"The Artist"
MEJOR DIRECCIÓN
Michel Hazanavicius - "The Artist"
MEJOR ACTOR
Jean Dujardin - "The Artist"
MEJOR ACTRIZ
Meryl Streep - "The Iron Lady"
MEJOR ACTOR SECUNDARIO
Christopher Plummer - "Beginners"
MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA
Octavia Spencer - "The Help"
MEJOR PELÍCULA EN LENGUA EXTRANJERA
"A Separation" - Asghar Farhadi (Irán)
MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
"Rango"
DIRECCIÓN ARTÍSTICA
"Hugo" - Dante Ferretti y Francesca Lo Schiavo
MEJOR FOTOGRAFÍA
"Hugo" - Robert Richardson
MEJOR VESTUARIO
"The Artist" - Mark Bridges
MEJOR DOCUMENTAL
"Undefeated"
MEJOR CORTO DOCUMENTAL
"Saving Face"
MEJOR MAQUILLAJE
"The Iron Lady"
MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL
"The Artist" - Ludovic Bource
MEJOR CANCIÓN ORIGINAL
"The Muppets" - Bret McKenzie ("Man or Muppet")
MEJOR EDICIÓN DE SONIDO
"Hugo"
MEJOR MEZCLA DE SONIDO
"Hugo"
MEJORES EFECTOS VISUALES
"Hugo"
MEJOR GUIÓN ADAPTADO
"The Descendants" - Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash
MEJOR GUIÓN ORIGINAL
"Midnight in Paris" - Woody Allen
MEJOR MONTAJE
"The Girl with the Dragon Tattoo" - Angus Wall y Kirk Baxter
MEJOR CORTO DE ANIMACIÓN
"The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore" - William Joyce y Brandon Oldenburg
MEJOR CORTO DE ACCIÓN
"The Shore" - Terry George
The Artist, la mejor cinta de los Oscar 2012
viernes, 24 de febrero de 2012
El periodismo en mi vida
miércoles, 22 de febrero de 2012
La feria del libro de La Habana, símbolo de la dignidad de Cuba
Medio siglo de los cronopios de Cortázar
Un recorrido por la historia de la propaganda electoral
Esperan llevar al cine El caballero del desierto
Al comentar el libro El caballero de la noche, de Omar Delgado, anoche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la escritora Rosina Conde aseveró que esa novela "me lleva a un mundo mítico que se creía extinguido", e hizo votos porque "ahora venga la película".
Otros afables comentarios en torno al libro ganador del VIII Premio Internacional de Narrativa, actividad organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, fueron hechos por el también escritor Alberto Chimal, al señalar que Omar es excelente "cuate" y persona a quien le tocó ver trabajar, hace ya algunos años, en sus textos incipientes.
"Sus narraciones primeras se nutrieron con su talento y las lecturas que había realizado de Daniel Sada y Eduardo Antonio Parra. A lo largo de su carrera, está la tenacidad, la insistencia y la capacidad de resistencia que tiene como escritor", aludió Chimal, originario del Estado de México y nacido en 1970.
Subastarán la obra de Edvard Munch “El grito” en casi 80 millones de dólares
NUEVA YORK. Una de las pinturas más famosas del mundo, El grito, de Edvard Munch, será subastada el próximo 2 de mayo por Sotheby´s, que estima su precio en 80 millones de dólares, anunció ayer la famosa casa de subastas.
La pintura es una de las cuatro versiones de El grito que el noruego Munch (1863-1944) pintó entre 1893 y 1910 y pertenece al coleccionista noruego Petter Olsen. Sotheby´s describió la pintura como una de las obras de arte más importantes que sigue en manos privadas y que sólo es superada por laMona Lisade Da Vinci.
domingo, 12 de febrero de 2012
Jóvenes reporteros
Arturo Pérez-Reverte
Presentan revista del movimiento estridentista: Horizonte
Fallece el escritor Julián Meza
El trajín actual impide la lectura a fondo de Dickens: Hernán Lara
Lorca exhibe en Casita de dulces una técnica clásica que posee por instinto
Traición, obra canónica del siglo XX: Enrique Singer
domingo, 5 de febrero de 2012
Viaje a través de la noche
Héctor González
(Publicado en Laberinto, Milenio)
“Me siento un poco aparte”, dice el autor del Quinteto de Mogador, quien aquí vuelve a su pasión por la literatura oriental, el erotismo y los emblemas de la naturaleza. No menos apasionada es su visión del insomnio como una forma de goce.
En 2005, Alberto Ruy Sánchez publicó Nueve veces el asombro, última parte del Quinteto de Mogador, su proyecto literario más ambicioso. Sin embargo, entonces todavía no era tiempo de cerrar el ciclo, había algo que añadir: “Cuando terminé la quinta novela me di cuenta de que todo concluye de noche, por eso me ocupo de ella en Elogio del insomnio”. Es así como presenta un ensayo, cercano al estilo vivencial de Montaigne, para disertar sobre el arte de no dormir. “No lo padezco. Lo gozo”, ataja Ruy Sánchez. Quien lea el texto dará buena cuenta de esto, pues el relato se traduce en un viaje personal a través de la noche y sus efectos, siempre sostenido en la biografía del autor. El resultado es un texto anfibio, que navega con soltura entre lo testimonial y la reflexión.
Pero la cosa no para ahí. El escritor se viste de poeta y reúne versos relacionados con la ciudad asiática que lo ha acogido en términos literarios a lo largo de veinticinco años. El resultado es la plaquette Decir es desear que sirve como cereza de un pastel que celebra que por primera vez todas las novelas estén publicadas dentro de la misma colección. Los motivos para estar contento son evidentes y Ruy Sánchez no los oculta.
¿Qué le produce insomnio?
No me lo produce nada en especial. La gente siente que no duerme porque tiene un problema; yo pienso que es al revés. En realidad, no dormir es normal. El problema es cuando dejas que te habiten tus conflictos. Cuando me dicen “tú padeces insomnio”, respondo que no lo padezco, lo gozo. Hay quienes amanecen cansados porque duermen más de lo que necesitan, pero no es mi caso. Si despiertas apaleado, es porque te dejaste visitar por tus demonios. En la vida tú te acercas los motivos y las cosas que te acompañan en la duermevela.
Está claro que no coincide con Cioran cuando dice que el insomnio puede hacer del lugar más paradisiaco un infierno.
Cada quien lo vive de manera distinta. De hecho, para Cioran toda la vida era así… Por suerte, no es mi manera de pasar por el mundo. Siempre trabajo de noche. Es más: al hacer Elogio del insomnio tomé conciencia de que buena parte de lo que he escrito a lo largo de mi vida ha nacido dentro del horario nocturno.
¿Con Decir es desear y Elogio del insomnio ahora sí cierra el ciclo de Mogador?
Sí, de hecho Decir es desear es una plaquette de poesía hecha para celebrar que por primera vez, en los veinticuatro años que llevan apareciendo los libros de Mogador, todos están publicados con el mismo criterio editorial y en la misma colección.
Hizo de Mogador su Comala, su Macondo; será difícil decirle adiós.
Mogador todavía es uno de mis ámbitos, seguirá presente en otros libros. Lo que sucede es que ya no pertenecen a la arquitectura del quinteto. Por ejemplo, tengo un poemario en su honor. El ciclo representó un proyecto muy grande y ambicioso porque vincula el oficio con la manera de estar en el mundo. A esto suma los retos técnicos de cada título y verás que se trató de un concepto muy complejo.
Cada uno de los libros de esta serie tiene diferentes voces narrativas y estructuras, ¿por qué?
El primero, Los nombres del aire, está escrito en tercera persona y parece que lo escribí yo, pero en cuanto abres Los labios del agua, el segundo, te das cuenta de que lo escribió un personaje; es decir, es un objeto de ficción dentro del segundo. Ahí empiezo a mezclar dos tipos de escritura. Así sucesivamente hasta el cuarto (Las manos al fuego) y el quinto (Nueve veces el asombro). En principio hay un cuestionamiento del autor como narrador continuo y eso implica retos de estructura específicos. Después hay la voluntad de pasar de la tercera persona a una mezcla de narradores. Por ejemplo, en Los jardines de Mogador, el tercero, le quité el nombre al protagonista: sólo es una voz que a lo largo de la novela se ve obligada a describir jardines diferentes; esa es la condición de la mujer para hacer el amor. Además, ella le pide que cada uno sea descrito de manera diferente. Ahí una vez más tengo que cambiar el tono porque cada jardín exige un registro diferente.
En este quinteto trabajó también los distintos elementos de la naturaleza.
Cada libro tiene su emblema. Primero está la fugacidad del aire porque cuando estás enamorado hasta el aire que entra por la ventana lleva el nombre de la persona que amas; el agua, porque toma la forma del vaso o de la mano, y crees que la puedes controlar pero si la aprietas se te escapa. En el tercero, a través de los jardines está la tierra, la metáfora del paraíso y de la mujer embarazada. El cuarto está dedicado al fuego y el quinto libro al asombro. En las cosmogonías es una imagen del mundo convertida en metáfora, ya que el universo es agua, fuego, tierra y aire, además del quinto elemento porque siempre hay un quinto elemento, y en este caso es la voz narrativa que cuenta desde el asombro. Cuando terminé este quinteto, que es también un templo al deseo, me di cuenta de que todo concluye de noche. por eso me ocupo de ella en Elogio del insomnio, pero veo también una serie de destellos y esos son los poemas de Decir es desear. En pocas palabras, ambos títulos son el entorno y la noche que queda después del Quinteto de Mogador, así como los deslumbramientos y las luces que veo a través de las montañas.
Hace un momento describió al Quinteto de Mogador como un templo al deseo. Eso me lleva al erotismo como uno de los elementos centrales de su literatura.
Cierto. Al principio pensé en escribir un diario erótico, pero como los hombres somos muy presumidos al hablar de estos temas, le quise quitar el prestigio y lo real, y lo convertí en un índice de sueños. Es decir, quería lograr un relato donde lo que erotizara al lector no fuera la descripción de dos cuerpos desnudos metiéndose el uno en el otro, sino un relato abocado a las otras cosas que suceden en un encuentro de este tipo. Ya en el segundo libro me propuse hacer el relato lo más obsceno posible sin describir una parte del cuerpo. Mi objetivo era contar cómo entra un hombre a una mujer, pero a través de la metáfora de un hombre entrando a una ciudad. En el cuarto libro le di una voz distinta al narrador, acorde a cada una de sus amantes. Eso creo que ejemplifica la importancia que tiene el erotismo.
Esta sensualidad le da el ritmo a la narración. ¿Cómo sabe cuándo lo tiene?
No lo busco, surge cuando tengo necesidad de escribir. Uno de mis maestros decía: “escribir es un verbo intransitivo”. Uno debe preocuparse por escribir sin preocuparse si saldrá un poema, una novela o teatro. Ya después vienen los demás a tratar de venderlo como lo que sea.
Dentro de la literatura mexicana no son muchos los autores que han indagado en la literatura oriental. En este sentido, ¿cuál es su posición en el mapa de las letras mexicanas?
Me siento bien, y sí, me siento un poco aparte y eso está bien porque todos somos distintos. En la literatura perteneces aunque seas distinto. Si los otros no lo ven así es su problema.
Pero en términos de diálogo, ¿con quienes platica su obra?
Los diálogos se dan por razones precisas, a veces son pequeños pero fructíferos; sin embargo, no me siento parte de ningún grupo.
Su cercanía con la literatura oriental y el erotismo me remite a Octavio Paz, una presencia importante en su vida.
Por supuesto, pero era como mi abuelo. Estabas con él y sentías el privilegio de hablar con un genio. Conmigo siempre fue muy generoso.
¿Qué piensa de la rivalidad entre quienes se peleaban por demostrar quién era su ahijado intelectual, rivalidad que lo alcanzó?
Es problema de cada quien. La realidad se va decantando y con el tiempo las cosas se ponen en su sitio. Lo bueno es que cada quien es distinto. ¿Quién es el hijo de Alfonso Reyes? Nadie y todos. Lo mismo sucede con Fernando Benítez. Las rivalidades fueron lógicas pero así es la vida y tampoco es tan grave. Siempre he tratado de tomar distancia para no generar rencores. Por ejemplo, ahora tengo muy buena relación con Aurelio Asiain, gracias a Japón; compartimos la fascinación por ese mundo. Al final no sabes cómo van a terminar las cosas y cada uno tiene que hacer lo que pueda. La vida te ofrece la posibilidad de hacer o no hacer. Las cosas siempre se reacomodan: en eso consiste estar vivo.
Por la libertad de las ideas
(Publicado en Laberinto, Milenio)
Alicia Quiñones
En la redacción de El Sol de Chilpancingo, la mañana del 20 de junio de 2011 transcurría con aparente normalidad. Editores, redactores y reporteros preparaban la información: sucesos locales, nacionales, nota roja, columnas de opinión. Estaban a punto de enviar a imprenta la edición vespertina cuando un comando armado irrumpió en las instalaciones del diario para impedirles que publicaran un narcomensaje atribuido a La Familia Michoacana.
En la madrugada del pasado 6 de noviembre, un grupo armado de al menos diez individuos incendió las instalaciones del periódico El Buen Tono en Córdoba, Veracruz, para que dejara de circular. Diez días más tarde, unos hombres incendiaron un auto frente al periódico El Siglo de Torreón y dispararon contra su edificio.
Los hechos intimidatorios que ha vivido la prensa mexicana en los últimos años son numerosos e incluyen secuestros y asesinatos. En Tamaulipas, uno de los casos más conocidos es el de María Elizabeth Macías, quien pretendió burlar la censura del crimen organizado a través de las redes sociales y mediante el seudónimo “La Nena de Nuevo Laredo”. Todo fue inútil. La encontraron degollada.
El 27 de octubre de 2011, la asociación Artículo 19 presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos un informe sobre la violencia contra periodistas en México. Daba cuenta de que del año 2003 al 2011 se registraron mil 196 agresiones contra periodistas, y que de 2000 a 2011, organizaciones criminales asesinaron a 67. Casi dos meses después, el 19 de diciembre, la organización internacional Campaña Emblema Prensa, señaló en su informe de 2011 que México, por segundo año consecutivo, fue el más peligroso para ejercer el periodismo, seguido por Pakistán, Irak y Libia. Para la ONU, es simplemente el más riesgoso en América Latina.
Este estado de cosas, que por momentos parece agravarse, impulsó al PEN Internacional —la asociación más antigua de defensa de los derechos humanos— a solidarizarse con los periodistas mexicanos y con el PEN México —presidido por la escritora Jennifer Clement— para organizar una reunión el próximo domingo en Casa Lamm, en la que, por primera vez en 90 años, estarán doce integrantes de la dirección ejecutiva, además de los representantes de los siete centros PEN en Norteamérica: dos de Canadá, dos de Estados Unidos y tres de México (Distrito Federal, Guadalajara y San Miguel de Allende).
Las iniciativas a favor de la libertad de la palabra y las ideas comenzaron en octubre de 2010 en Nueva York, cuando el PEN American Center, con la contribución del PEN México, llamó a un grupo de periodistas y escritores mexicanos y estadunidenses a manifestarse contra la censura impuesta por la violencia. El encuentro —que será parte de un documental de Juan Carlos de Llaca— contará con la presencia de 50 escritores y periodistas y fue precedido por una carta, publicada ayer en diversos medios y firmada por 120 escritores, que dice:
A los periodistas y escritores de México,
Nosotros, escritores de todo el mundo, los respaldamos a ustedes y a todos los ciudadanos de México que claman por que las matanzas, la impunidad y la intimidación se detengan.
Estas violaciones nos disminuyen a todos, amenazan los derechos de los ciudadanos de México e impiden vivir una vida segura y libre de censura.
Ustedes tienen el derecho absoluto a la vida y el derecho a ejercer su profesión sin temor.
Respetar y proteger los derechos de todos los ciudadanos es una obligación del gobierno mexicano. Hacemos un llamado a este gobierno para que esclarezca los crímenes, persiga y encarcele a todos aquellos que han silenciado a sus colegas y que ahora intentan silenciarlos a ustedes. Honramos su coraje y exigimos esto en nombre de una humanidad común.
Por estas razones nos unimos a la protesta que reunirá a periodistas y escritores de México y del mundo el 29 de enero a las 12:00 PM en la Casa Lamm, Álvaro Obregón 99, colonia Roma, Ciudad de México, evento organizado por PEN México y PEN Internacional.
Los autores que avalan el desplegado apuestan por la libertad total en la literatura y, en el caso de algunos, en el ejercicio periodístico. Entre otros, los nombres que se dan cita en él son los de Orhan Pamuk, Martin Amis, Chinua Achebe, Margaret Atwood, Jonathan Franzen, Antonio Gamoneda, Mempo Gardinelli, Nadine Gordimer, Paul Auster, Gioconda Belli, Nicole Brossard, J. M. Coetzee, Leonard Cohen (quien por primera vez firma una carta pública), Billy Collins, Douglas Coupland, Don DeLillo, Peter Englund (secretario permanente de la Academia Sueca), Toni Morrison, Michael Ondaatje, Ricardo Piglia, Derek Walcott, Mario Vargas Llosa, Michel Tremblay y Salman Rushdie.
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La historia del PEN Internacional (cuyas siglas significaban en un principio Poetas, Ensayistas y Novelistas, para luego sumar a dramaturgos, periodistas y editores) gira en torno a los grandes acontecimientos del mundo; de las guerras y de los sistemas políticos represivos.
Todo comenzó con un objetivo en apariencia sencillo y motivador para el mundo intelectual de la década de 1920 en Londres: promover la literatura y conformar un sitio que uniera a los escritores después de la barbarie causada por la I Guerra Mundial. Fue idea de la poeta, dramaturga y activista Catharine Amy Dawson-Scott, quien ofrecía su casa para que los escritores intercambiaran puntos de vista. Eran cenas en las que se comentaban las circunstancias sociales y políticas que rodeaban el mundo de la literatura, del hombre y su cotidianidad. Por eso, uno de sus primeros estatutos dispone que “La literatura no conoce fronteras y debe mantenerse como una divisa común entre los pueblos, a pesar de las convulsiones internacionales o políticas”.
Una noche, la señora Dawson-Scott invitó al que daría inicio formal a lo que hoy conocemos como PEN Internacional: John Galsworthy (Nobel de Literatura en 1932). Como primer presidente, impulsó la inmediata apertura del centro en once países y emitió la primera petición a diferentes gobiernos en el mundo en relación a los prisioneros religiosos y políticos.
La primera gran prueba para la lucha por la libertad de expresión ocurrió en 1926, cuando los entonces jóvenes Bertolt Brecht, Alfred Döblin, Robert Musil y Ernst Toller reclamaron la falta de compromiso de la política del PEN frente a la situación alemana, cada vez más cercana a la ideología nazi.
Los años pasaban y las dictaduras se fortalecían. Galsworthy murió. El novelista británico H. G. Wells se convirtió en el segundo presidente del PEN y dirigió una campaña en contra de la quema de libros perpetrada por los nazis en Alemania. La sede del PEN terminó por fracasar ante la presión política y la censura. Musil, Toller y Brecht huyeron de Alemania.
Fue hasta los años posteriores a la guerra que el PEN terminó por sentar sus bases y acciones contra los actos de censura.
En la década de 1960, cuando Arthur Miller presidía el PEN, se creó una comisión para liberar al dramaturgo Wole Soyinka, preso en Nigeria acusado de conspiración y condenado al patíbulo.
Uno de los casos más sonados en la década de 1980 fue el del escritor de origen indio Salman Rushdie. El gobierno iraní emitió una fatwa —equivalente a ponerle precio a su cabeza—, tras argüir que su novela Los versos satánicos ofendía al Profeta. Más reciente ha sido el caso del escritor estadunidense Hrank Dink, quien fue baleado en Estambul por “insultar a la identidad turca”. En la actualidad, el Comité concentra sus esfuerzos en la situación que padecen entre 700 y 900 escritores presos.
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Mientras Brecht y Musil buscaban un compromiso político y la defensa de los escritores y los libros en Alemania, en México, el 31 de mayo de 1924, Alfonso Reyes leía la carta con la que se iniciaron las actividades del PEN en la Ciudad de México. En misión diplomática, Reyes conoció en Francia sus iniciativas, a las que no dudó en agregarse. Su amigo —periodista y escritor— Genaro Estrada, quien pertenecía, como él, al Servicio Exterior Mexicano, tomó la batuta y se convirtió en el primer dirigente.
Reyes regresaba de Europa para encontrarse con un país devastado por la Revolución. Quizá fue esa devastación la que animó su deseo de fundar el PEN Club de México. Como miembro de una organización que prometía ser una cofradía de inteligencias, escribió “Salutación al PEN Club de México”
No sólo la cordialidad entre los pueblos —cosa vaga, ente abstracto con quienes nunca nos confrontamos de hecho, por lo cual esta cuestión no supone un problema en la conducta—, sino la cordialidad entre los hombres, la de todos los días. No quiere esto decir que haya que pasarse la vida entre abrazos efusivos. El do de pecho no es, para la voz, la mejor escuela. Basta el registro medio, equilibrado, de la buena voluntad. De la buena voluntad... y del buen humor, amigos míos. (...)
El PEN Club (...) va a prestarnos utilísima ayuda en la guerra santa contra la incomprensión, que es la fuente de la discordia. (…)
Para lo extraordinario y heroico, no sé por qué se me figura que todos estamos un poco capacitados; y más en esta brava tierra, donde somos mejores para pelear y morir que para mantener la armonía con el vecino durante quince días seguidos.
Para esta cofradía y para la labor de promoción literaria que había recibido en encomienda, Estrada creó La pajarita de papel —a decir de Reyes, que “vuela y cruza el mar, anda los continentes y crea la comunicación inalámbrica entre las literaturas”—, un boletín en el que publicaban periódicamente los primeros integrantes del PEN México: Julio Torri, Jaime Torres Bodet, José Juan Tablada, Daniel Cossío Villegas... Así fueron los inicios mexicanos: una especie de tertulia cuyas tareas se fundamentaban en la defensa del libre pensamiento, y que apostaba primeramente por la difusión de la palabra.
Pocos años después, luego de ser presidido por Francisco Monterde, el PEN dejó de existir en México. No fue sino hasta 1951 cuando José Luis Martínez retomó el proyecto. Desde entonces no ha dejado de operar como un organismo que vela por la libertad de expresión en todas las formas de escritura. El poeta Homero Aridjis ha sido el único mexicano en dirigir el PEN Internacional y en nuestro país han estado al frente de la asociación escritores del prestigio de Octavio Paz, Gabriel Zaid, Elena Poniatowska, Ramón Xirau, Julieta Campos y Eduardo Lizalde. Ahora, bajo la presidencia de Jennifer Clement, en un clima de violencia y represión a cargo del crimen organizado y algunos gobiernos estatales, cobra nueva sentido.______
1 Obras completas, tomo IV, Fce, Letras mexicanas, México, 1995, pp. 434435