Todos podemos ser asesinos: Daniel Giménez Cacho

Daniel Giménez Cacho lleva a escena la obra "Misericordia", protagonizada por ocho mujeres que caminan juntas en la Caravana por la Paz

Por la libertad de las ideas

En los últimos años, la prensa mexicana ha vivido momentos difíciles debido a la violencia y al crimen organizado. El PEN Internacional se solidariza con los periodistas y comienza actividades en nuestro país a favor de la libertad de expresión. Presentamos un recorrido por la historia de la organización y una entrevista con John Ralston Saul, su presidente.

Mi mamá es un zombi

Así despertó un día. Era un lunes como los he visto amanecer por montones, sólo que esa mañana en lugar de levantarme suave y cariñosamente, mi mamá intentó morderme los pies. Yo estaba dormido y primero creí que era una pesadilla. No reconocí que fuera ella. Sólo vi una horrenda cabeza con pelo negro que lanzaba mordiscos. La pateé con todas mis fuerzas y juro que escuché cómo tronaban algunas de sus vértebras.

Historias de zombis, la nueva moda literaria

Los zombis carecen del romanticismo y de la personalidad que poseen los vampiros, pero no por ello son menos seductores. Esos muertos vivientes que siempre en hordas van por la vida devorando cerebros, han cobrado una fuerza arrolladora y se han convertido en un fenómeno de la cultura contemporánea.

Charles Dickens y la invención de la realidad

El 7 de febrero celebramos 200 años del nacimiento de Charles Dickens, en cuyos relatos y novelas conviven el pensador social, el sabio humanista y el humorista vivaz. No sólo dio aliento a centenares de seres que personificaron unas vidas tan inverosímiles como extremas, sino que capturó el espíritu de un paisaje urbano —Londres y sus calles decrépitas— sin el cual no pueden concebirse la ruindad y la bondad humanas. "Laberinto" ofrece ocho acercamientos polifónicos a su obra y su legado. Por estas páginas caminan el niño empleado en una fábrica de betún, el editor y periodista (con un texto inédito en español), el padre de familia, el enamorado, el escritor incansable a quien debemos la apología de esa institución literaria ya tan en desuso: el final feliz.

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jueves, 19 de julio de 2012

Agua de Azar - Magris es un río



Jorge F. Hernández


Fuente: Milenio 


Confieso que hay autores que me son como montañas, cuyas obras se van apilando en el estante de las lecturas pendientes como cimas que se podrían conquistar cualquier otro día que no sea hoy, y de preferencia, a partir de pasado mañana. Luego, confieso las largas semanas en que aclimato mi filiación con los libros de escritores selváticos o boscosos; hablo de novelistas tropicales que embelesan con sus adjetivos precisos y el juego de verbos como transpiración de una planta desconocida y hablo también de narradores cuyas tramas son nieve de tundra, páramos engarzados de bosques espesos que se leen siempre de lejos, y con un soplo helado de vaho en cada línea. Conozco poetas que son jardín, y cuentistas que se explayan como narraciones habladas en la caminata de un atardecer, bañados sus párrafos con la espuma de las olas mientras el que lee va dejando sus huellas en cada página como quien imprime las yemas de los dedos sobre arena ocre y húmeda que se hunde por sílabas.

Tengo en mente relatos que parecen acantilados, novelistas que clonan ciudades, cuentistas que llevan en el mapa de sus rostros un llano incendiado de historias tremendamente sencillas y cronistas del pretérito cuyos recuerdos conforman la cordillera de la Historia con mayúsculas o el apacible valle de la historia minúscula, no patria sino matria, la de querencias como sobremesas y largos paseos que se alargan en conversación… Montañas, jungla, pampa y desierto… Autores que bordean sus libros como costas oceánicas y escritores que tejen sus obras como hierbas que reptan las bibliotecas, poetas que dibujan nubes con sus versos y que llueven bugambilias o jacarandas para que el asfalto de todas las calles llore morados… Pero de entre todos los que leo, quiero afirmar en estas páginas que Magris es un río.

Claudio Magris es un río y la imagen se debe evidentemente a su libro El Danubio, y a la deuda de gratitud creciente y sincera que le guardo a esas páginas húmedas junto con no pocos miles de lectores que han navegado sobre sus párrafos en sus sucesivas ediciones y traducciones. Pero que Magris es un río es afirmación que va más allá de ese solo libro: refiere también la admirable transformación que ese autor le imprimió como tatuaje indeleble al género del ensayo, abriendo como exclusas entre océanos la atrevida compaginación de ese género con todos los demás. Hablo de que Magris ha sido de los almirantes en prosa que no tuvo ningún empacho ni problema en compaginar imaginación con memoria, fundiendo agua salada y dulce como una confluencia natural al filo del océano inmenso de la literatura. En su obra transpiran por igual eso que llaman Non-Fiction (necio afán por definir algo por lo que no es) y Literatura Pura. El resultado confirma el torrente. Estamos ante un río cuya geografía traza un mapa entrañable de Europa, al tiempo que es espejo fiel del rostro de un escritor. Rostro entre tantas caras, escritor de vocación inquebrantable entre tanto autor advenedizo, río legible entre tanto libro inadmisible que compran los incautos.

Debo a mi maestro Julián Meza el descubrimiento de El Danubio según Magris. Una aventura que lleva ya poco más de veinte años de lecturas y relecturas navegadas, a veces con la ayuda de remos como referencias de un paisaje ignoto y a veces con el sosiego de ir pegado a los márgenes, allí dónde uno va anotando sincronías y afinidades. Veinte o más años de ir sobre las aguas de unas páginas donde se combina la corriente invisible de la historia con el oleaje inmediato de la superficie; aquí la memoria de un edificio y sus inquilinos ya fantasmas y allá, en la página siguiente, la precisa descripción de un paisaje eterno; por allá las páginas que apuntan a lo intemporal y por aquí el guiño de lo trascendental aunque efímero. Un libro ensayo de novelas con cuentos donde el autor no niega alma poeta; un río de kilometraje largo que va cambiando de idioma como serpiente que cambia de piel. Un río de pasiones y desencuentros, viaje intemporal por el tiempo que todos sincronizan al leerlo. “Novela sumergida” en palabras del propio Magris, viajero que contagia el viaje por todo lo que fue, es, ha sido y será la civilización danubiana… mapa verbal de lo que el observador contempla y cartografía autobiográfica al mismo tiempo.

martes, 17 de julio de 2012

Historias de zombis, la nueva moda literaria

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LOS ZOMBIS. Ahora están en películas, series de televisión, videojuegos, novelas gráficas y libros son muertos vivientes, personas semideshechas que no están del todo vivas pero tampoco del todo muertas, seres impulsados por el instinto de devorar la carne y el cerebro de los vivos de su comunidad.(Foto: CORTESÍA )


Yanet Aguilar Sosa
Fuente: El Universal


Los zombis carecen del romanticismo y de la personalidad que poseen los vampiros, pero no por ello son menos seductores. Esos muertos vivientes que siempre en hordas van por la vida devorando cerebros, han cobrado una fuerza arrolladora y se han convertido en un fenómeno de la cultura contemporánea.

Los muertos resucitados de hoy nada tienen que ver con los primeros zombis-esclavos que tienen su origen en Haití, producto del vudú; los que ahora están en películas, series de televisión, videojuegos, novelas gráficas y libros son muertos vivientes, personas semideshechas que no están del todo vivas pero tampoco del todo muertas, seres impulsados por el instinto de devorar la carne y el cerebro de los vivos de su comunidad y así transmitirles el virus y convertirlos en zombis.

Antes de la narrativa y la novela gráfica, de los videojuegos con vengadoras y vengadores que se enfrentan a una masa de no muertos que atacan a los vivos, de las marchas zombis que desde 2001 han congregado a miles de personas que se disfrazan y maquillan como cadáveres vivientes en ciudades de Estados Unidos, España, Canadá, Australia y México, antes de todo eso estuvo el cine. El padre de ese género es sin duda George A. Romero, con cintas como La noche de los muertos vivientes y El amanecer de los muertos.

Esos seres han protagonizado más de 400 películas, según registró Luciano Saracino en su libro Zombis! Una enciclopedia del cine de muertos vivos, publicado en 2009. Desde hace varios años están en los videojuegos - el más emblemático es Resident Evil-y en las series de televisión entre las que destaca la exitosa The walking dead, de Robert Kirkman, y hace algunos años se extendieron a la literatura con paso fuerte y seguro.

Ahora, en el mercado de Estados Unidos, España y México, hay decenas de novelas protagonizadas por zombis, sagas, cómics de Marvel, novelas gráficas, e incluso clásicos de la literatura universal en versión Z; es decir, zombi.

A títulos de la literatura contemporánea como Zombi. Guía de supervivencia y Guerra mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi de Max Brooks, hijo del cineasta Mel Brooks; y Apocalipsis, de Manuel Loureiro, y Los caminantes de Carlos Sisí -ambos títulos de autores españoles-, se han sumado versiones de clásicos: El Quijote Z, Orgullo y prejuicio y zombis, La casa de Bernarda Alba Zombi, Ana Karenina Z y Lazarillo Z, entre otros.



Fascinación por los devoradores

A pesar de ser masa, de que ninguno tiene identidad ni personalidad ni mucho menos son románticos; a pesar de que son apocalípticos, no muertos, devoradores y gregarios, los zombis han despertado fascinación entre los espectadores y lectores; incluso hay admiradores que se conciben como freaks de los zombis a mucha honra.

Esos personajes han subyugado a los escritores norteamericanos desde hace algunos años y en los últimos dos a autores españoles; sean traducidos, importados o reeditados, esos libros están en mesas de novedades de México, donde se pone punto final a la primera novela zombi. Todos son parte de una ola narrativa que tiene un trasfondo social muy fuerte y un reflejo de la sociedad contemporánea.

Vicente García, editor de Dolmen, casa editorial de España que ha publicado cerca de 40 novelas de zombis, considera que la fascinación radica en que estos seres representan a un enemigo feroz e invencible al que no se puede derrotar y con el que simplemente hay que coexistir.

"Se trata de un depredador que no se cansa, que no necesita dormir ni comer ni descansar; un ser sin escrúpulos que no piensa... Imagino que en el fondo representa lo peor de nosotros, prefiero imaginar eso a pensar que se trata de nosotros mismos, porque algunos defectos como el no tener conciencia, el ser gregario y el no pensar es algo común tanto en los vivos como en los no muertos", señala García.

El editor y también autor de la novela Apocalipsis Island sentencia: "no deja de ser una forma de ver algunos aspectos de nuestra sociedad sin verlos; por un lado cómo podemos llegar a ser viéndonos a través de los zombis, y por el otro en qué nos transformamos en momentos de necesidad extrema como sería el caso de un ‘fin del mundo'".

En México, esas novelas ocupan un lugar importante en las librerías, tan sólo Dolmen a través de Océano ha puesto en circulación Carne muerta, de David Mateo; Tom Z Stone, de J. E. Álamo; Los caminantes. Necrópolis, de Carlos Sisi; Antirresurrección, de Juan Ramón Biedma; y Cuando Susanah llora, de J. J. Castillo. Se suman dos nuevos libros con el sello Planeta: la segunda parte de la serie The Walking dead chronicle, de Robert Kirkman, y Zombi Island, de David Wellington. Y Alfaguara, con la novela de José Luis Trueba que saldrá en septiembre firmado con las iniciales J. L. T. L.

Trueba Lara, narrador y freak de los zombis desde hace más de 40 años, cuando vio La noche de los muertos vivientes, dice que la verdadera fascinación por los zombis radica en que son una masa: "En los zombis todas las cualidades individuales se pierden y se convierten en una masa amorfa que va caminando y devorándolo todo. Poco importa cuál es la causa, si es lo que ocurre en Resident Evil o lo que pasa en La noche de los muertos vivientes o si es un virus; la causa es lo de menos, incluso en algunos casos ni siquiera la sabemos, como en The walking dead".

Trueba Lara, quien publicará la primera novela mexicana zombi que, a diferencia de la mayoría de novelas tendrá como protagonista a una mujer, asegura que el asunto central es que "los zombis se vuelven masa y empiezan a devorar. Esa es una maravilla, porque es la posición más cómoda y más gregaria".

Esa fascinación por las historias de zombis no es nueva, Vicente García relata que en el mercado anglosajón el furor comenzó con World War Z, de Max Brooks, que despertó a todos los amantes del género.

Dice que en lengua hispana todo comenzó con Apocalipsis Z, con la trilogía de Los Caminantes y la tetralogía de Apocalipsis Island. "Eso significó el despertar de un público latente que estaba ahí desde hace tiempo esperando encontrarse con libros de zombis".

Y ha sido tal el furor que tan sólo en Dolmen han publicado cerca de 40 títulos que incluye seis antologías de relatos cortos y varias sagas principalmente de autores españoles, aunque también hay algunas traducciones como Brian Keene con El Alzamineto, Gareth Wood con El despertar de los muertos o Wayne Simmons con Pandemia.

Para José Luis Trueba Lara el zombi no es un personaje fantástico "porque es tan despersonalizado y a la hora de narrarlos siempre dan lata porque qué personalidad le puedes dar, en realidad el zombi es un personaje muy cuadrado que sólo te corretea, que tiene pocas capacidades de sentir y vivir, es un personaje absolutamente desdibujado, plano y unidimensional; pero eso es lo que lo hace interesante, la fascinación por algo sin personalidad, con la cosa apocalíptica claro".

El zombi tampoco es un personaje que sólo interese a los lectores jóvenes. "Por suerte se está convirtiendo en un género por sí solo, que puede abarcar dentro de sí al resto: humor, histórico, novela negra... y, cómo no, terror. Y lo mejor es que parece no ceñirse únicamente a los lectores más jóvenes, sino alcanzar a la gente de cuarenta", dice García.

Tatiana Nogueira, directora de mercadotecnia y comunicación de Grupo Planeta, asegura que el zombi les ha permitido a los escritores incluirlo en historias ya conocidas pero sobre todo en nuevas historias pues les da libertad: "Podría ser un ser más de la literatura fantástica pero no es un ser que haya nacido en la literatura como Drácula o Frankenstein, sino que nace a partir de la pregunta de qué pasaría si los muertos resucitan; los zombis son personajes que se han integrado a la novela negra y a los comics; Marvel tiene varias series, incluso en México no podemos olvidar que Jis y Tryno crearon los zombis de Sahuayo", señala Nogueira.

Aranzazu Núñez, editora de Alfaguara Infantil y Juvenil, dice que los zombis son un fenómeno retro, son personajes con cabezas huecas y con ansías de devorar carne humana para sostenerse en vida. "A nivel literario, en México es un fenómeno reciente, a diferencia de España y Estados Unidos, donde el zombi aparece con mucha más fuerza en los 90. Creo que es un fenómeno bastante anglosajón, pero ciertas características lo hacen atractivo para nuestra cultura, como nuestro interés por lo sobrenatural".

domingo, 18 de marzo de 2012

Los 45 de Cien años de soledad

Luis Rafael Sánchez
(Publicado en: La Jornada Semanal)


I

Gabriel García Márquez.
Foto: Guillermo Angulo
Guardo la primera edición de Cien años de soledadcomo oro en paño. La compré en Madrid el mes de septiembre del mil novecientos sesenta y siete. Pagué 185 pesetas, lo indica, a lápiz, la página siguiente a la portada –5 dólares y 25 centavos al cambio de entonces, más o menos 35 pesetas por dólar. Bajo la indicación del precio se adhiere un papelito que avisa: Librería Fernando Fé. Sol, 14- Madrid. Todavía el monosílabo fe llevaba acento ortográfico. La portadilla acredita el autor, el título y la firma editora, Sudamericana.
La portada recoge tres motivos insoslayables de la novela. La maraña selvática que ciñe a Macondo. Un galeón. Tres astromelias o tres nomeolvides: sólo un botánico podrá arbitrar de cuál flor se trata. Trescientas cincuentiún páginas después, el colofón avisa que Cien años de soledadse terminó de imprimir el treinta de mayo del año mil novecientos sesenta y siete, en los talleres gráficos de la Compañía Impresora Argentina, SA, Calle Alsina número 2049, Buenos Aires.
El nombre del autor me era conocido. En junio de ’63, ya aprobados los cursos conducentes a la Maestría en Artes y Ciencias de la Universidad de Nueva York, tomé unos adicionales en la Universidad de Columbia, Las novelas de Miguel de Unamuno y Nueva Narrativa Hispanoamericana. Recuerdo al profesor de ambos, el paraguayo Hugo Rodríguez Alcalá. Sobra decir que el curso sobre Unamuno incluía su obra novelística completa. El curso dedicado a la nueva narrativa hispanoamericana, dadas las fechas en que se ofreció, incluía El coronel no tiene quien le escriba.

II
El entusiasmo producido por El coronel no tiene quien le escriba, cuatro años antes, me empujó a devorar Cien años de soledad armado con un bolígrafo. Desde luego, son textos y texturas diferentes. La trama lineal de la primera contrasta con la trama zigzagueante de la segunda. Y la nómina escasa de personajes de la primera contrasta con el nutrido registro demográfico que instituye la segunda. Aparte de que la extensión de la primera, novela apretada como un puño e hilvanada con una prosa de ecos telegráficos, se desemeja en extensión de la segunda, novela oceánica y de horizonte incircunscrito, por la que navegan personajes vivos, personajes muertos y personajes vivos en tránsito voluntarioso hacia la celestialidad, por ejemplo Remedios la bella.
Pero el genio y el magisterio del autor se constatan a cada vuelta de página de ambas novelas. Ya sea una sutileza a propósito de la condición humana, tan lozana que apabulla descubrirla. Ya sea una mirada, de calado hondo, a las fatigas del tiempo. Ya sea un giro verbal, cuya irrupción en un párrafo alcanza el carácter de un acontecimiento. Ya sea la factura regia de unos personajes atascados en la esperanza ilusa, ésa que la gran poeta mexicana Juana Inés de la Cruz tacha de “diuturna enfermedad” y el gran poeta puertorriqueño Pedro Flores tacha de “flor de desconsuelo”.

III
A pesar de las tangencias enumeradas y las otras ennumerables, a pesar de que El coronel no tiene quien le escriba es una gran novela de formato breve, cuyos escrupulosos tiento y aliento la hermanan con las prodigiosas Muerte en Venecia y El extranjero, fue Cien años de soledad la obra que consagró a Gabriel García Márquez como escritor universal. Modelo de una escritura que se afianza en la página sin el menor esfuerzo, como resultas de un empecinado control narrativo, infalible hasta en los usos de la coma y el punto, en Cien años de soledad todo se vuelve inauguración, novedad, génesis. En concordancia, varios pasajes identifican a los Buendía, el clan protagonista de la novela, como seres primerizos. La primeridad los marca. A unos con una cruz de ceniza en la frente, a otros con una cruz de rencor en el alma, a otros con unas ganas atrabiliarias de alejarse de Macondo en busca de prosperidad, a otros con unas ganas irracionales de asentarse en Macondo por siempre.

El Gabo posa con una edición de Cien años de soledad en la cabeza
No extrañe, entonces, que Macondo, lugar donde transcurre la acción, se percibiera, enseguida, como una alegoría desgarrada del continente americano. Y que el apodo del autor, Gabo, sirviera de agua bautismal a la estética literaria emanante de su obra, el gabismo. 

Dicha estética, que algunos prefieren llamar macondismo, junta y mezcla hasta la indistinción, la realidad y la fantasía, la extravagancia y el descabellamiento, los personajes carentes de la mínima introspección y los personajes embarcados en la abstracción a ultranza: el clan Buendía, acoge de todo, como la botica.
De la consagración se encargó la crítica especializada. Que no le regateó encomios a la saga de los Buendía, adjudicándole parentescos linajudos, hasta innecesarios algunos por bombásticos. La emparentaron con Las mil y una noches. La emparentaron con la Biblia y su sucesión de tribus y descendencias interconectadas. La emparentaron con las crónicas de Indias y con el asombro incesante del europeo ante la maravilla encontrada. De la consagración se encargó, sobre todo, la masa innúmera de leedores, de siempre entusiasmada por devorar historias novedosas, historias capaces de poner a prueba sus certidumbres tercas y el arte superior del sujeto que las cuenta.

IV
Al fin y al cabo el cuento no es el cuento, el cuento es quien lo cuenta. Y quien lo cuenta ha de saber encapsularlo en un decir riguroso, hecho de voz, de ritmo y de mirada. Sobre todo de mirada. No hay gran escritor si no hay mirada implacable a la realidad, esa danzarina falsa de los siete velos. No hay gran escritor si dicha mirada no halla la palabra capaz de registrarla.
También explica el éxito consagratorio de Cien años de soledad, la vertiginosa sucesión de miradas ahondadoras que recopila y la franqueza prosística que las ensarta. Una prosa en posesión de un secreto candente, si bien sospechándose desde la primera oración: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.” Y es tal secreto candente que, a lo largo de Cien años de soledad la poesía se asume como sombra sonora de la prosa.
Efecto seguido de ambas consagraciones, la puesta en marcha por la crítica especializada y la puesta en marcha por los leedores comunes y corrientes, fueron la traducción de Cien años de soledad a todas las lenguas y el desatamiento de un interés febril por la escritura anterior del colombiano. Cuentos, novelas y artículos periodísticos tuvieron la segunda oportunidad sobre la Tierra, que no tuvieron las estirpes condenadas a cien años de soledad. Incluso, la literatura pareció rebanarse en dos hemisferios irreconciliables, la hispanoamericana en particular: antes de Macondo y después de Macondo. Docenas de escritores se macondizaron por una temporada larga; otros, para siempre. Como si los hubiera victimizado una fiebre semejante a las varias que estragaron a los macondenses: la fiebre del insomnio, la fiebre del olvido, la fiebre del banano.

V
El verbo devorar me agrada a más no poder. Significa una cosa, pero sugiere otras, entre ellas el hambre que se mitiga a puro desorden, la imposibilidad de detenerse a saborear y la boca llena. El verbo devorar está hecho de prisa y frenesí, razón para el favor que le apartan los amantes, luego de transformarlo en verbo imperativo y súplica dulzona: “Devórame otra vez.”

Primera edición de Cien años de soledad, editorial Sudamericana, 1967
Dije en el fragmento segundo que devoré Cien años de soledad armado con un bolígrafo, presto a subrayar cuantos pasajes encandilaran mi imaginación, desde aquel en el principio, donde se notician las consecuencias trágicas del pantalón de castidad que viste Úrsula Iguarán a la hora de dormir, hasta aquel en las páginas últimas donde se noticia “la última madrugada de Macondo”. Sin embargo, entre el uno y el otro se hicieron subrayables tantos pasajes, tantos fulgores creativos se continuaron revelando, que cesé de subrayar. Pues la novela no tenía un tramo ajeno al hechizo, ese estado de satisfacción, con apariencia de sobrenaturalidad, que suscitan muy escasos amores y muy escasas obras de arte.
Los admiradores de Gardel aseguran, si bien ya pasados setenta y seis años de la tragedia en Medellín: “Carlitos está cantando mejor que nunca.” Los admiradores de Cien años de soledad aseguramos, hechizados por un fulgor narrativo acabado de hallar, pues se nos escapó en la segunda, la tercera, la cuarta lectura: “Endemoniada novela, hoy está más chula que ayer.”   

La segunda, la tercera, la cuarta lectura las hice en sucesivas ediciones, compradas en Puerto Rico, Nueva York, Berlín. Porque la primera, comprada en la madrileña librería Fernando Fé el mes de septiembre del mil novecientos sesenta y siete, descansa en el fondo de un baúl con llave, envuelta en paño, como el oro. Más de una noche de ronda por los abismos del insomnio, libro el libro de la prisión que ocupa en el baúl. Entonces, revestido el corazón por una costra de egoísmo, avanzo a besuquear la maraña selvática, el galeón, las tres astromelias o nomeolvides y susurro, entrecerrando los dientes y apretándolos: “Soy tu dueño.”

jueves, 8 de marzo de 2012

Cortázar: seré cronopio hasta la muerte; lega "un río de afectos"


Buenos Aires, 7 de marzo. "Odio las cartas literarias, cuidadosamente preparadas, copiadas y vueltas a copiar; yo me siento a la máquina y dejo correr el vasto río de los pensamientos y los afectos", confiesa Julio Cortázar en su correspondencia, que se publicará en los próximos días en cinco volúmenes, con más de mil cartas inéditas.

El epistolario permite sentir de nuevo a Cortázar, "como si estuviera escribiendo en la mesa de al lado", a la vez que pone de manifiesto "la formidable coherencia entre vida y obra" del escritor argentino, apunta el editor y filólogo español Carles Álvarez Garriga. Los tomos 1, 2 y 3 salieron en febrero, en Argentina, y en abril aparecerán Cartas 4 y 5, con el periodo que abarca hasta 1984, año de su muerte en París.

En estas Cartas (Alfaguara) se restituyen fragmentos suprimidos en la primera edición (2000), a cargo de Aurora Bernárdez, albacea de Cortázar, con la colaboración de Gladis Yurkievich. Y como Cortázar guardó muy pocas copias de sus epístolas ("Hay que conocer muy mal a los cronopios para imaginar que guardan cartas"), se consultó a amigos, conocidos y especialistas si atesoraban páginas suyas.

La cifra es impactante: más de mil 800 misivas, telegramas y tarjetas postales forman la versión corregida y aumentada de la correspondencia de Cortázar por cuenta de Bernárdez, su primera mujer, y Álvarez Garriga, quienes ya editaron Papeles inesperados y Cartas a los Jonquières. En los próximos meses se publicarán las Cartas en otros países de Latinoamérica, y a España llegarán en mayo.

Humor e ironía

Estos textos del cronopio, que respiran humor e ironía, permiten reconstruir la gestación de algunas de sus obras cruciales como Historias de cronopios y de famas (1962) y Rayuela (1963), así como la consolidación del boom de la literatura latinoamericana, que lo tuvo entre sus protagonistas.

En las epístolas emerge su admiración por Carlos Fuentes y La región más transparente ("Con usted hay que tirarse a fondo, devolver golpe por golpe la paliza que nos pega a los lectores con cada página"), Gabriel García Márquez y Cien años de soledad (“En estos últimos años, no veo nada comparable a esa novela y a Paradiso de Lezama Lima en nuestras tierras”) y Octavio Paz ("uno de los hombres más inteligentes que he conocido entre los poetas").

Y a José Lezama Lima le escribe: "En estas islas a veces terribles en que vivimos metidos los sudamericanos (pues la Argentina, o México, son tan insulares como su Cuba) a veces es necesario venirse a vivir a Europa para descubrir por fin las voces hermanas". Y Cortázar vuelca sus esfuerzos en ayudar a las voces no consagradas, como por ejemplo un joven Mario Vargas Llosa.

A lo largo de cientos de páginas también manifiesta sus desvelos políticos, entre ellos su acercamiento a La Habana: "(...) si ya no fuera demasiado viejo para estas cosas, y no amara tanto a París, me volvería a Cuba para acompañar la revolución hasta el final", aseveraba en 1963.

Respecto de su patria, el escritor nacido en Bruselas en 1914 explica a mediados del 60: "Por ahora soy un argentino que anda lejos, que tiene que andar lejos para ver mejor". O con tono más duro: "nada ha cambiado básicamente desde que me fui del país, como no sean los nombres de los jugadores de futbol, los diputados nacionales y los precios de los trajes".

Del epistolario también surge el ser sensible que extraña a sus amigos: "Creo que la vida enseña a no equivocarse en materia de amistad. Los únicos errores son los geográficos, el absurdo de que unos tengamos que irnos a Francia mientras otros viven en el Uruguay o la Argentina". Que se ilusiona con las visitas de sus afectos a París y también lamenta sus silencios epistolares, aunque muchas veces se disculpe por no tener tiempo para responderles.

Muchas misivas están destinadas a sus editores, como su amigo Francisco Porrúa: "Me emociona mucho que usted lleve el afecto y el heroísmo hasta el punto de meter a los cronopios entre dos tapas de cartulina". El cuentista y novelista que corrige con minuciosidad también advierte: "Nada que me manden últimas pruebas, cuando no se puede tocar prácticamente una línea sin que el impresor haga una cirrosis hepática".

Cortázar describe en varias cartas sus andanzas como traductor de organismos internacionales por diversos rincones de Europa y Asia. Trabajo que le resulta sumamente aburrido, pero al que se ve obligado por cuestiones económicas.

Docente en Buenos Aires

Entre las epístolas inéditas que aparecerán hay un filoso Cortázar que dispara al danés Niels Blaedel: "...si tuviera que elegir mi peor editor del mundo, me temo que usted sería el elegido". Asimismo despide al recién fallecido poeta y traductor estadunidense Paul Blackburn, como "un amigo maravilloso, el primero y más maravilloso de los cronopios, a los que amaba y dio vida en inglés".

En 1982 manifiesta gran preocupación por su tercera mujer, Carol Dunlop: "Estoy viviendo un momento harto angustioso de mi vida, porque Carol está muy enferma y por el momento no hay ninguna certeza de que pueda superar una situación que se prolonga desde hace más de dos meses".

Antes de fijar su residencia en París, en 1951, el espigado escritor relata su paso como docente por pueblos de la provincia de Buenos Aires. "Siento que me rodea el vacío, que cualquier cosa es preferible a caer en ese pozo vegetativo que es un Chivilcoy, un Bolívar..." O aún más lapidario: "Los microbios, dentro de los tubos de ensayo, deben tener mayor número de inquietudes que los habitantes de Bolívar".

“I’ll die a cronopio yet (Seré cronopio hasta la muerte)”, pronosticaba Cortázar en 1965. A la luz de su epistolario y mientras los cronopios celebran este año medio siglo de su publicación, se confirma el vaticinio.

(Fuente: La Jornada)

miércoles, 7 de marzo de 2012

García Márquez festejó 85 años en la intimidad de su casa


Con música de vallenato, atole, tamales y un par de pasteles el escritor Gabriel García Márquez celebró en la intimidad de su casa, su cumpleaños 85. Junto con su compañera de vida, Mercedes; su nieto Mateo, Bertha Chaneca Maldonado y algunos amigos cercanos, estuvo desde temprana hora muy contento escuchando vallenatos.

Este año García Márquez no rompió la tradición. La espera de la prensa fuera de su casa para que saliera a saludar resultó infructuosa. La sorpresa fue que Gabo y la familia abrieron sus puertas para permitir que fuera el fotógrafo de La Jornada el primero en pasar a tomar sólo dos o tres imágenes. "No pueden hacerles preguntas", recordó Genovevo, quien abrió la puerta y dio aviso de que este diario podía pasar a su casa, donde por doquier se apreciaban varios ramos de rosas amarillas.

Fue un breve momento en el que el escritor, vestido con su traje de lana a cuadros, corbata gris a rayas y sus lentes en el bolsillo de la solapa, tras colgar el teléfono de una llamada de felicitación, posó con su característica sonrisa, con sus familiares, amigos, empleadas y empleados de casa, quienes le brindaron un desayuno íntimo, una apacible celebración a ritmo de vallenato, que marcó las ocho décadas y un lustro de vida del más reconocido literato en lengua española.

Por la mañana, García Márquez recibió algunas docenas más de rosas amarillas, que se sumaron a las que había recibido días antes. Pasadas las 10 horas, su amiga Miriam Morales llegó con un ramo de rosas amarillas compradas en el mercado de Jamaica; "son las que a él le gustan; hubiéramos querido traerle 85 flores amarillas, pero ya se habían acabado", comentó antes de entrar al hogar del escritor colombiano, ubicado en Jardines del Pedregal.

Más tarde Genovevo, asistente y chofer del escritor, llegó con un pastel, regalo de sus empleados de casa. Alrededor de las 10:35 horas el autor recibió vía mensajería una bolsa con seis ejemplares de su novela El coronel no tiene quien le escriba y, horas más tarde, un arreglo de gladiolas blancas, cuyo remitente no se pudo conocer, pues el nombre venía en un sobre cerrado.

Cerca de las 11:30 horas, mientras un par de fotógrafos de prensa aguardaban la entrada o salida de alguna personalidad, sucedió algo que puede aparecer como anecdótico, cotidiano, o mágico: fuera de la casa de García Márquez revoloteó, frente al portón, una solitaria mariposa amarilla, para luego tomar altura y distancia, como aquellas que perturbaban a Mauricio Babilonia.

Dentro de la casa, el escritor degustaba atoles y tamales, "un desayuno a la mexicana", diría Genovevo.

La celebración en honor del escritor colombiano por sus lectores comenzó el pasado domingo 4 de marzo en estas páginas y se alargó los días lunes y martes. Lectores que en reconocimiento al talento e influencia que tuvo en sus vidas la obra de Gabriel García Márquez compartieron sus experiencias tras leer la célebre novela Cien años de soledad.

(Fuente. La Jornada)

“Esther Seligson para principiantes”; evocan su legado literario


México • Sandra Lorenzano, José María Espinasa y Marina Porcelli, expertos en el quehacer literario, especialmente del realizado durante el último medio siglo, revisitaron anoche la obra de una de las escritoras más preclaras, aunque poco popular, durante la mesa “Esther Seligson para principiantes”.

En la velada literaria, en el Centro de Creación Literaria “Xavier Villaurrutia”, se mencionó que a Seligson, fallecida el 8 de febrero de 2010, le interesaba el misticismo, los rituales, la lectura del tarot, la cábala, la acupuntura, y cualquier forma de mitología y religión, así como las leyendas y los antiguos misterios que refleja en su literatura, apasionante y seductora.

Con esas aficiones, gustos y manías, y conformando una escritura absoluta, como dijo en su oportunidad el moderador de la mesa, el escritor Geney Beltrán, “esta escritora formidable creó una voz heterodoxa y experimental, formando a una gran estilista mayor de la prosa hispánica contemporánea”.

La mesa de reflexión “Esther Seligson para principiantes” sirvió para explorar la obra de esta escritora que realizó textos de compleja manufactura, pues pedía al lector un esfuerzo, ya que pretendía crear un lector sabio como ella, que la entendiera y se identificara con sus pasiones, según afirma Elena Poniatowska.

Sus lectores no podían ser aquellos que esperan a que el escritor les ponga todo sobre la mesa, coincidieron los ponentes, en tanto que para Beltrán, esta mujer comparaba la construcción de los libros con la de los barcos, porque ambos pasan por travesías para culminar en un puerto que tonifica e ilustra al hombre.

Eso se refleja en su libro “Simiente” (2004), el cual escribió tras el suicidio de su hijo Adrián. La obra alcanzó su sitio dentro del panorama literario hispanoamericano. Fue la autora de una obra que conjuga la expresión de un mundo interior y un estilo de exigente experimentación en un solo punto, se mencionó en la sesión.

Su propia muerte no tomó por sorpresa a Seligson, un año antes de este episodio, sabía que le restaba un año de vida, debido a una afección cardiaca. Durante este periodo se dedicó a terminar su obra “Todo aquí es polvo”, libro de memorias que ganó el Premio Bellas Artes “Narrativa Colima 2011”.

Esther Seligson (Ciudad de México, 25 de octubre de 1941-8 de febrero de 2010) nació en el seno de una familia judío-mexicana, cuyo origen se refleja en su extensa obra. Fue poseedora de un sincretismo de culturas e ideologías, al igual que de experiencias de vida en París, Lisboa, Jerusalén, el Tíbet y México.

Poeta, narradora, ensayista y traductora, vivió en todos esos lugares, de ellos se nutrió y en ellos se inspiró para crear parte de su obra literaria. Por eso, coincidieron los conferencistas, se convirtió en una errante y peregrina, pues “sentirte extranjero en cada ciudad en la que vives, te permite un contacto más emotivo”, solía decir ella misma.

Estudió las licenciaturas en Lengua y Literaturas Hispánicas, así como Literatura Francesa en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y realizó diplomados en las universidades de La Sorbona y de Bordeaux sobre Historia, Edad Media y Filosofía.

Tradujo obras de Emmanuel Levinas, Edmond Jabés, Virginia Woolf, y Marguerite Yourcenar, entre muchos otros, y fue colaboradora publicaciones como Casa del Tiempo, Cuadernos del Viento, Diálogos, Diorama de la Cultura, El Urogallo (España), Escandalar, Escénica, Fem, Fractal, Hispamérica (Estados Unidos), Noaj (Israel), y otras más.

Entre su obra se encuentra “La fugacidad como método de escritura”, “El teatro, festín efímero”, “Escritura y el enigma de la otredad”, “Apuntes sobre Cioran”, “A campo traviesa”, “Otros son los sueños”, “La morada del tiempo”, “Sed de mar”, “Isomorfismos”, “Tríptico”, “Tránsito del cuerpo” y otros títulos más.

Celebran cumpleaños de García Márquez con página en Facebook


Ciudad de México • La Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), cuyo fundador y presidente es Gabriel García Márquez, festeja al escritor con la página de Facebook "Celebremos el cumpleaños 85 de Gabriel García Márquez", en la que se comparten textos, fotos y videos del ‘maestro Gabo’.

Dicha celebración, a través de la red social, es un “homenaje a la inspiración que le ha brindado (García Márquez) a los periodistas del mundo entero”, detalló la Fundación en un mensaje publicado en su sitio web.

En la página, que ha sido ‘likeada’ por 2 mil 32 usuarios, también se compartirán citas del libro Para que no se las lleve el viento, un ensayo sobre entrevistas realizadas a Gabriel García Márquez, y compiladas por Fernando Jaramillo.

En el perfil también se pueden leer las felicitaciones que el escritor ha recibido de maestros de la FNPI, como la del periodista Jon Lee Anderson:

"Feliz cumpleaños, entrañable maestro Gabo. Con tu inspiración y generosidad has logrado crear un legado extraordinario, además de una literatura que ha entrado en la Historia para todos los tiempos. Te has ganado también el afecto unánime de un sinfín de jóvenes que te quieren, y tratan de emular tu ejemplo: el de encontrar la semilla creativa dentro de sí. Viva Gabo, eres grande de verdad".

García Márquez en Twitter

En la plataforma de microblogging, el cumpleaños 85 de Gabriel García Márquez estuvo en la lista trending topic, temas más comentados del momento.

En México, Gabriel García Márquez y Cien años de soledad fueron los temas más referidos por los usuarios de Twitter, quienes no sólo felicitaron al escritor sino compartieron algunos de sus títulos.

Gabriel García Márquez fue mencionado 42 mil ocasiones y Cien Años de Soledad, libro escrito por Márquez y publicado por primera vez hace 45 años, 11 mil veces.

(Fuente: Milenio)

lunes, 5 de marzo de 2012

Recuerdan en la FILPM al maestro Fernando Benítez


La XXXIII Feria Internacional del Libro de Palacio de Minería (FILPM) conmemoró el centenario del nacimiento de uno de los ilustres representantes del periodismo cultural, Fernando Benítez (1912-2000) , a partir de una conferencia que impartió la catedrática e investigadora Georgina García Gutiérrez.

Adscrita al Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, la especialista habló sobre la vida del escritor y periodista mexicano, impulsor de talentos literarios, periodista convertido en antropólogo.

Recordó que Fernando Benítez, quien vio la primera luz el 10 de enero de 1912, es reconocido como el creador de los suplementos culturales en el país y con ello se convirtió en una de las piezas más importantes en la historia reciente del periodismo en México.

El primer número de La Cultura en México apareció el 21 de febrero de 1962 y lo encabezaba el ensayo Oración del 9 de febrero, páginas inéditas de Alfonso Reyes.

Al lado de sus amigos, entre los que se encontraban quienes en los años 60 eran jóvenes promesas de las letras nacionales, como Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, o bien artistas plásticos fundamentales en la pintura nacional, como Vicente Rojo, Benítez desarrolló siempre una propuesta periodística llena de elementos artísticos.

En dos mil 800 páginas, a partir del estudio de culturas ancestrales, tarahumaras, huicholes, tepehuanes o nahuas, coras, otomíes o mixtecos están presentes como contemporáneos nuestros, gracias a Fernando Benítez.

"Dejarán de ser indios y se convertirán en la basura que somos nosotros" , citó Georgina García. También dijo que medio siglo de periodismo cultural fue creado por Fernando Benítez, escritor, etnógrafo, historiador, pero sobre todo periodista.

Comenzó su carrera dirigiendo El Nacional. En 1949 aparece como director de México en la Cultura, suplemento de Novedades.

En los años posteriores, Fernando Benítez dirigió el suplemento Sábado , de unomásuno, y más adelante, en 1984, participaría en la fundación del diario La Jornada, al lado de Carlos Payán, Carmen Lira y otros periodistas. Entonces se encargó del suplemento La Jornada Semanal, que marcó pauta en el periodismo cultural.

La investigadora Georgina García dijo estar feliz de participar en el homenaje a Fernando Benítez, el hombre que "está a la altura de hombres que crearon reconocidas instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México y el Fondo de Cultura Económica. a él se formó una generación amplia de críticos desde sus suplementos, como México en la Cultura. Fue un humanista que se preocupó por los demás.

Al final invitó a los asistentes a conocer, leer y disfrutar de los más de 70 libros que escribió Fernando Benítez, quien dejo de existir el 21 de febrero del 2000. "Valoremos el legado que nos hizo pensar en nosotros mismos" , resaltó. 

(Fuente: El Universal)

Gabo cumplirá años un poco alicaído: agente


El Nobel colombiano Gabriel García Márquez cumplirá mañana 85 años "un poco pachucho (alicaído)" de salud, según dijo hoy su agente literaria y amiga, la española Carmen Balcells.

"'Gabo' está un poco pachucho, y yo a veces lo atribuyo a que nos hacemos mayores", afirmó Balcells, de 81 años, en una entrevista con la cadena de radio colombiana Caracol.

Balcells, que ha sido agente literaria de otros cinco ganadores de los Premios Nobel de Literatura (Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Camilo José Cela, Vicente Aleixandre y Mario Vargas Llosa), confió a Caracol Radio que en su dormitorio tiene, junto a las fotos de su hijo, sus nietas y su difunto esposo, un retrato de García Márquez.

"Tengo una fotografía de 'Gabo', pero la tengo por la mirada de nostalgia que transmite esa fotografía, que es la mirada con la que yo lo recordaré siempre; nada me lo recordará tanto como esa fotografía llena de nostalgia", explicó.

En coincidencia con el 85 aniversario del maestro la editorial Leer-e (www.leer.es), en colaboración con Random House Mondadori, que tiene los derechos en papel de García Márquez, se publicará la edición digital de su obra más emblemática, "Cien años de soledad".

Mañana se cumple también el 45 aniversario de la publicación en papel de "Cien años de soledad" y tres décadas de la concesión del Premio Nobel.

Balcells aseguró que tenía firmado el contrato para el libro digital desde hacía tiempo, pero el "momento exacto" para que viera la luz era ahora, ya que la confluencia de las tres fechas "servía en bandeja" la ocasión.

Para la editora catalana, las prisas en el sector literario son una mala compañía para poder analizar el recorrido de un libro.

"Pretendemos ocupar ese espacio nuevo, este nuevo soporte que no garantiza todavía grandes masas de lectores, pero sí grandes masas de compradores", señaló Balcells.

También dijo que en el momento actual la industria literaria "no puede ignorar" la existencia de los medios digitales, que según aseguró tienen un "poder infinito" y son uno de los descubrimientos "mas efectistas del siglo pasado".

Balcells destacó como clave del éxito de García Márquez su capacidad de "despachar la gama del amorío en toda su extensión" y remarcó que "el escritor se refugia en algo que le es afín" , en este caso, la historia del amor. 

(Fuente: El Universal)

martes, 28 de febrero de 2012

Taibo II presenta libro que desmitifica El Álamo

Foto: El Universal

Con la premisa de que la historia no siempre la escriben los vencedores, el escritor Paco Ignacio Taibo II presentó su libro "El Álamo".

En un intento por desmitificar esta parte de la historia, respaldada por unas 26 películas de Hollywood, Taibo cuestiona el supuesto heroísmo estadounidense en El Álamo, tras siete años de investigación.

En el marco de la II Jornada del Libro Histórico, afirmó que "el heroísmo de El Álamo no existe, es una bola de gandallas gangsteriles, supuestos héroes norteamericanos, que ni siquiera eran texanos" .

El resultado son dos libros en uno: qué es lo que pasó realmente y cómo se contó, porque "la historia no siempre es escrita por los vencedores, a veces hay un vencido que se les cuela".

Reconoció que "El Álamo" compite con desigualdad ante las historias de Hollywood.

"Se trata de abrir el debate, no me puedo proponer desmontar la maquinaria norteamericana del mito de El Álamo, a partir de un libro publicado en México, pero dentro de poco estoy filmando en San Antonio una versión de dos horas para un especial del History Channel", anunció.

"Presenté el libro hace tres días ante 300 maestros de primaria y fue apasionante", precisó. 

(Fuente: El Universal)

Luego de 60 años de haber sido escrita, presentarán “Claraboya” en Madrid

 Foto: Alfaguara

Madrid • “Claraboya”, la novela perdida del Premio Nobel de Literatura, José Saramago, será presentada en Madrid el próximo 1 de marzo, 60 años después de haber sido escrita.

“Claraboya”, es la historia de un edificio en el que viven seis humildes familias cuyos miembros “se ven sucesivamente envueltos en un enredo”, según palabras del propio autor (Azinhaga, 1922-Tías, Lanzarote, 2010).

La editorial Alfaguara indicó que Saramago escribió la obra hace más de sesenta años, entre los cuarenta y cincuenta del pasado siglo, y entregó el manuscrito a una editorial portuguesa en 1953.

La compañera del escritor, Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago relató en el prólogo de “Claraboya” que una mañana de 1989, Saramago recibió una llamada de la editorial para informarle de que el manuscrito había sido encontrado en una mudanza de sus instalaciones.

La editorial aseguró a Saramago que consideraría un honor publicarlo entonces, pero éste respondió: “Obrigado, ahora no”.

Ese mismo día recuperó su novela y tuvo, por fin, una respuesta por parte de la editorial a la que le había confiado el original “la que le fue negada cuarenta y siete años atrás, cuando tenía treinta y uno y todos los sueños a punto”, dijo Del Río.

Aseguró que aquella actitud de la editorial sumió al autor de “Ensayo sobre la lucidez” en un silencio doloroso, imborrable y de décadas” y agregó que “no en vano, no volvió a escribir hasta veinte años después”.

Aunque sus más cercanos intentaron convencer a Saramago de que publicara “Claraboya”, donde ya se observaba lo que después acabaría desarrollando plenamente: su propia narrativa, una vez recuperada, el autor decidió que no se editaría mientras viviera.

Ahora, Alfaguara publica la obra, la cual califica como una novela de personajes.

Del Río enfatizó que en ella están contenidos los personajes masculinos de Saramago, “esa colección de hombres de pocas palabras, solitarios, libres, que necesitan el encuentro amoroso para romper, siempre de forma momentánea, su forma concentrada e introvertida de estar en el mundo”.

Asimismo, “están las mujeres fuertes de Saramago. Cuando el autor se recrea en los personajes femeninos, la capacidad transgresora se hace más evidente y descarnada”.

(Fuente:  Milenio)

Da José Agustín adelanto de su nueva novela “La Locura de Dios”

 Foto: Internet

Ciudad de México • Contento y repuesto luego de la caída que tuvo hace dos años en Puebla durante una conferencia que ofreció en esa ciudad, el escritor mexicano José Agustín (1944), dio hoy aquí una pequeña probadita de lo que será su próxima novela titulada “La Locura de Dios”.

Durante una firma de autógrafos en el marco de las actividades de la XXXIII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), el autor de la llamada ‘literatura de la onda’, según la escritora Margo Glantz, deleitó a lectores con fragmentos de esta nueva publicación que estará lista en los próximos meses.

“La novela cuenta la historia de un personaje que de pronto tiene una serie de circunstancias. Le va muy bien, tiene mucho dinero, prestigio y de pronto se muere su esposa, sus hijos lo abandonan y cae en la ruina, lo pierde todo”, dijo a Notimex.

“De pronto sus amigos le dicen que hizo algo mal y le recomiendan que tiene que pedir perdón a Dios para que le corrija su vida; pero él responde que su vida es normal y que si Dios ha hecho así las cosas, es porque está loco”, agregó.

Con un 60 por ciento de avance, José Agustín subrayó que este nuevo trabajo es similar a la historia de “Job”, un personaje bíblico sometido a una opresiva prueba por Satanás con autorización de Dios y cuya dignidad y temple para salvar la adversidad es usado por muchos credos religiosos como un ejemplo de santidad, integridad de espíritu y fortaleza ante las dificultades.

Refirió que el retraso de esta nueva novela, se debió precisamente al accidente que tuvo en Puebla, el cual le dejo ruptura de cráneo y costillas.

“De salud me siento bien, hace dos años di una conferencia en Puebla y de pronto subió mucha gente a pedirme autógrafo y a tomarse la foto, y no se dieron cuenta que me estaban empujando a un foso donde guardan los instrumentos musicales, una caída de tres metros, casi me muero”, dijo.

A pesar del accidente, el autor de obras como “La Tumba” y “Cerca del fuego”, rechazó estar pensando en el retiro.

“Me jubilaré hasta que ya no pueda agarrar la máquina (computadora), la pluma o algo, las ideas me siguen fluyendo, tengo proyectos y no tengo deseos de retirarme”, expresó.

“Esa es una de las grandes ventajas del escritor, que mientras se puede, uno le puede seguir”, expresó.

Repuesto y de buen humor, José Agustín retomó sus actividades con una firma de libros en el marco de la XXXIII edición de la FILPM, festejo al que dijo tenerle cariño.

Me gusta mucho venir a esta feria del libro, ya tengo muchos años de hacerlo y con frecuencia me toca presentar un libro o amigos, dijo al tiempo que agregó que estar con los lectores es una maravilla.

“Estar en una feria es maravilloso, pues es exactamente lo que no podemos atestiguar los escritores, toda vez que la mayor parte del tiempo estamos escribiendo nuestros trabajos, cartas, en la intimidad y por nuestra cuenta”, concluyó.

(Fuente: Milenio)

Delirio y sueño, elementos que acercan a Cervantes y Freud

 Foto: La Jornada

El museo imaginario de Sigmund Freud, las andanzas de Miguel de Cervantes Saavedra, así como los registros sicoanalíticos y literarios en la obra de ambos personajes, son algunos de los temas que plantea Entre el delirio y el sueño: Cervantes y Freud, de José Cueli, que se presentó este domingo en la edición 33 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

El volumen entreteje poesía, filosofía, un tono poético propio, delirio y balbuceo, con las propuestas freudianas teórico-prácticas y el acontecer del proceso sicoanalítico a través de la transferencia, ironía y divertimento, sostuvo Gloria Prado, directora del Departamento de Letras de la Universidad Iberoamericana (Uia).

Objetos y relatos

De acuerdo con Prado, la obra del articulista de La Jornada transita del delirio quijotesco al mundo onírico que aborda el padre del sicoanálisis para, mediante La interpretación de los sueños, cabalgar por el paisaje manchego ensoñado por Cervantes y vivido por su personaje, en un trayecto en el que los acompañan filósofos deconstructivistas antes de que Derrida acuñara este término, como Nietzche, Heidegger y Foucault.

“Derrida –señaló Prado– le permite a Cueli articular el pensamiento freudiano con el cervantino, debido a que como el autor lo plantea, el lenguaje no se limita o circunscribe a un fenómeno físico que simplemente se corresponde con el mundo o con unos significados que los hablantes poseen en su interioridad.”

En su intervención, la especialista en letras subrayó que Entre el delirio y el sueño: Cervantes y Freud reúne una vasta información acerca de la vida, vicisitudes, logros y frustraciones de ambos personajes, y cómo van coleccionando objetos imaginarios que traducen en relatos, teorías y diferentes géneros de discurso.


También se refirió a la sección intitulada Variaciones sobre un mismo tema, que se incluye al final del libro, en donde el autor presenta tópicos literarios de la historia del ingenioso hidalgo conocido como Don Quijote, entre la novela moderna, la filosofía y la física.

En su turno, el director del Instituto de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, José Camacho, comentó que por medio del lente freudiano, Cueli trazó los ejes de la obra más universal del manco de Lepanto: melancolía, madre virginal, idealizada y nunca alcanzada; dolor intolerable por un anhelo insatisfecho de lo perdido, y omnipotencia infantil, el objeto narcisista y el núcleo de verdad en la locura.

La ausencia de Dulcinea

En el Salón de Actos del Palacio de Minería, Camacho dijo que leer a Cueli es encontrarse con el eterno enamorado de la vida y el ávido lector de los poetas y escritores españoles.

Finalmente, el autor del libro señaló que la obra El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, plantea que el amor no es concreto, porque el sentimiento implica el no encuentro.

El articulista de La Jornada explicó que la ausencia de Dulcinea en la historia de Cervantes, genera heroicidad en el personaje del Quijote, porque "vive en la fantasía, lo que los demás quieren vivir en la realidad", ese amor romántico que se ha encargado de vender la industria del cine de Hollywood.

Para José Cueli, el encuentro de Freud con la obra cervantina tiene mucho de real y mucho de enigmático, y en su libro describe las similitudes que existen entre Don Quijote y los estudios y descubrimientos de Sigmund Freud, en especial el sicoanálisis.

(Fuente: La Jornada)

miércoles, 22 de febrero de 2012

La feria del libro de La Habana, símbolo de la dignidad de Cuba


La Habana, 21 de febrero. El grupo de turistas se detiene asombrado. Preguntan hacia dónde corren miles de personas, la mayoría de ellos familias con sus niños que suben con rapidez increíble hacia una cima donde está enclavada la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en la Bahía de La Habana.

Van a la inauguración de la Feria Internacional del Libro, comenta el guía y agrega: así será durante 10 días. Verán multitudes subiendo hacia La Cabaña.

Los turistas no pueden creer que esa cantidad de niños alborozados corran apresurados para comprar –por monedas– libros de narraciones, teatro, poesía, historia, en un mundo donde los entretenimientos violentos están conformando una niñez cada vez más ajena a la lectura y la vida solidaria.

La edición 21 de la Feria Internacional del Libro de La Habana, desde que se realizó por primera vez en 1982, es sin duda la más popular de la región y del mundo.

Una verdadera fiesta de cultura y arte de la que participan miles y miles de cubanos. El fenómeno no es que caminarán mirando simplemente los módulos que se distribuyen en esa fortaleza impresionante, rodeada de enormes fosos, que data de 1774, con sus cañones que apuntan al mar intensamente azul. Van a comprar libros, y es un espectáculo ver cargar bolsas con ejemplares como quien lleva alimentos.

El paisaje también es imponente. La Cabaña fue la mayor edificación militar de España en América en tiempos coloniales y en ese gigantesco espacio de muros, con cañones antiguos que apuntan al mar y de fortificación guerrera, ahora camina esa alegre caravana popular que ocupará la feria día por día.

La Cabaña también fue cárcel y tumba para muchos patriotas.

Encuentro editorial itinerante

La feria del libro no fue imaginada aquí con mentalidad mercantil. Desde sus inicios, en 1982, es un espacio de encuentro, de conocimiento, de reconocimiento de culturas y debates de representantes de las letras y las artes de todo el mundo; es una puerta abierta por la que entra alborozado el pueblo de Cuba.

Cada año las editoriales cubanas producen millones (6 millones este año) de libros en ediciones baratas, pero muy cuidadas, que terminan en las casas de todo el país y no en bibliotecas de lujo.

En otro hecho imaginativo de la revolución, esta feria se transforma en itinerante y se reproduce en todo el interior del país, y la población participa activamente en todo ese proceso.

Dedicada este año a los países del Caribe en un esfuerzo extraordinario por desafiar los olvidos, resulta mucho más importante aún si se recuerda que al comenzar diciembre de 2011 se constituyó en Venezuela la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el mayor proyecto de unidad e integración que se recuerde en la región.

Todas las miradas estuvieron puestas en el salón caribeño, donde se expusieron muestras de artes y artesanías tradicionales de esos pueblos. Fue una fiesta de colores, canciones y ritmos y también de solidaridad.

Hubo momentos de silencios sonoros, cuando emocionaron los relatos históricos de los pueblos caribeños, sus luchas anticoloniales y las resistencias pasadas y presentes, y especialmente del país que hoy simboliza esa memoria, que es Haití. Allí continúa viva la cultura africana, sobreviviente en sincretismos inevitables, lo que ayuda a sobrevivir a ese pueblo marcado por la tragedia colonial, desastres naturales, ambiciones imperiales, invasiones, abandono y desolación, y que a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII hizo posible los resplandores independentistas y antiesclavistas en la primera revolución negra que iluminó el camino de América. Por eso el reclamo fue que otro mundo sea posible para Haití.

En esta feria sin precedente, el libro dejó de ser por estos días una mercancía para enriquecer editores y se transformó en un alimento cultural no sólo con ediciones locales, sino de la cultura universal que puede llegar a todos, sin excepción. Un hecho también único.

Como un símbolo de los tiempos en este periodo de cambios, que provoca otras esperanzas y la lógica incertidumbre de todo proceso renovador y necesario, rueda por las calles de La Habana el museo de carros antiguos más importantes, diversos y mejor conservados del mundo.

Es un museo rodante lo que vemos, pero lo interesante es que ahora como transporte de turistas, taxis, carros familiares, no están exhibidos detrás de una vitrina; están andando por las calles.

Están vivos dice alguien, mirando a los Buick, Cadillac, viejos Ford o descapotables, pasar como grandes barcos de colores diversos por el malecón que bordea el mar.

Esta invasión de carros antiguos recuperados es obra del historiador y especialista en ciencias arqueológicas Eusebio Leal, el mundialmente reconocido restaurador de la ciudad antigua, que sigue rescatando los imponentes edificios frente al malecón.

El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel considera que lo que vivimos estos días es el mejor símbolo de la imaginación revolucionaria y la dignidad de un país, que aún en las adversidades, nos regala amor, cultura, palabras y solidaridades, lo que es un ejemplo que debemos proteger en nombre de la humanidad.

(Fuente: La Jornada)

Medio siglo de los cronopios de Cortázar


En medio de una apretada serie de aniversarios ligados al escritor argentino Julio Cortázar, su viuda, Aurora Bernárdez, participó en un debate-homenaje en el Centro de Arte Moderno, en Madrid, con motivo de los 50 años de Historias de cronopios y de famas.

Bernárdez, casi de 92 años, viajó desde París al acto, recordó cómo Cortázar creó sus cronopios: Él caminaba hacia el edificio de Correos y le salía una historieta cómica conforme se le iba ocurriendo. Y después armó el libro, reseñó el diario español ABC. Junto a Carlos Álvarez, ella prepara un libro con mil cartas inéditas del escritor.

En 2009 se cumplieron 25 años de la muerte en París del narrador; en 2013, Rayuela cumplirá 50 y, en 2014, se celebrará su centenario.

Intervinieron Rosalba Campra (Universidad de La Sapienza, Italia), Julio Ortega, (Universidad de Brown, Estados Unidos) y Mariángeles Fernández; además de Claudio F. Pérez Míguez y Raúl Manrique, coordinador y director del recinto madrileño, respectivamente.

(Fuente: La Jornada)

domingo, 12 de febrero de 2012

Presentan revista del movimiento estridentista: Horizonte


En un simposio que tuvo lugar en Xalapa, Veracruz hacia el año de 1981 titulado “El estridentismo”, memoria y valoración, se hizo un llamado a todos aquellos que tuviesen un ejemplar de la revista Horizonte para cederlos y reunirlos en una sola obra.

Bajo la dirección del poeta German List Arzubide, la revista contó con colaboraciones, por ejemplo, de Ramón López Velarde y Ricardo Flores Magón; pinturas de Diego Rivera y José Clemente Orozco, y fotografías de Tina Modotti, entre otros especialistas y figuras emblemáticas de las letras, las artes y la política, con lo que se convierte en una aproximación a un movimiento de vanguardia que aún tiene mucha presencia. Se publicaron diez números de la revista, entre abril 1926 y mayo de 1927.

La ilusión de aquel día se hizo realidad gracias al esfuerzo de distintas instituciones, como la Universidad Veracruzana, el INBA, el Conaculta y el FCE, se logró la edición facsimilar de los diez ejemplares de Horizonte, presentada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde se destacó la importancia de recuperar lo que fue “una vanguardia menospreciada por decenios, como lo fue el estridentismo”, en palabras del crítico Evodio Escalante.

“Si bien durante muchos años fuera de Luis Mario Schneider nadie se interesaba por el movimiento de vanguardia, hay que reconocer que el interés despertado en los últimos años entre las nuevas generaciones tiene mucho que ver con la obra Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño.”

La edición facsimilar de Horizontes cuenta con notas de Consuelo Sáizar, Teresa Vincencio, María Montserrat Sánchez y Rocío Guerrero Mordoño.

(Fuente: Milenio)

Fallece el escritor Julián Meza


El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) dio a conocer el fallecimiento de Julián Meza, escritor y filósofo, nacido en Orizaba, Veracruz, en 1944.

En su cuenta de Twitter, Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, destacó que “Julián Meza fue un extraordinario ser humano, un gran maestro de Filosofía, un hombre culto y un amigo cortés y generoso”.

Con estudios de Filosofía en la UNAM y de Historia en L’Ecole Pratique des Hautes Etudes, de París, Julián Meza fue académico, profesor de historia y literatura en el ITAM, donde dirigía la revista Estudios, además de haber sido colaborador en publicaciones como Letras Libres.

En su bibliografía se cuentan obras como El libro del desamor, La huella del conejo, El arca de Pandora, La saga del conejo, La feria de los lacayos, Bestiario de la modernidad mexicana y diccionario postmoderno; y de los ensayos Sicilia. La piedra negra y Cándidos y tartufos, editado por Conaculta/Ediciones Sin Nombre.

(Fuente: Milenio)

El trajín actual impide la lectura a fondo de Dickens: Hernán Lara


El inglés Charles Dickens (1812-1870) es uno de los grandes escritores de todos los tiempos, mostró el camino a autores como Fiodor Dostoievski, Stendhal y Benito Pérez Galdós, y es un modelo tan importante como William Shakespeare, afirma Hernán Lara Zavala.

Lamenta que el trajín moderno impida la lectura profunda de Dickens, donde se puede encontrar una enorme gama de personajes: trágicos, cómicos, villanos, los jóvenes que deben encontrar su camino en el mundo, quien asumió la promoción de sus obras y de algún modo sustituía lo que ahora serían el cine, la telenovela, la radionovela e Internet, porque él llenaba los teatros y con sus lecturas contagiaba a la gente de su fervor, destaca el narrador y ensayista en charla telefónica.

Sobre la obra, señala: La novela siempre es melodramática, y las de Dickens más; pero no son superficiales, tienen profundidad y cualquier lector saca una enseñanza de su lectura. Están muy bien construidas. Hay humor, amor, desesperanza, pobreza, ternura y muchos elementos más. Para alguien que está interesado realmente en la literatura sería una gran pérdida no hincarle el diente, aunque sea a una, con cierta profundidad.

Como parte de la conmemoración en México de los 200 años del nacimiento de este narrador, fallecido el 9 de junio de 1870, en Kent, se realizará una lectura colectiva de su obra en la explanada de Bellas Artes, desde las 11 horas del domingo 22 de abril; se leerán obras como Oliver Twist, Historia de dos ciudades y David Copperfield, entre otras.

Pauta de grandes escritores

Charles John Huffam Dickens fue un fenómeno literario desde su época: “uno de los grandes escritores profesionales de todos los tiempos... No sólo se dedicó a eso, sino que vivió de eso y fue avanzando en sus obras, como Balzac; además, construyó un universo. No es una obra buena, no son dos o tres, es un universo completo, desde su primera novela, Los papeles de Pickwick, hasta la última, El misterio de Edwin Drood”, afirma Lara Zavala.

Tal vez es el más importante de los novelistas del siglo XIX en Inglaterra. Después de la figura de Shakespeare nunca nadie había sido tan leído como Dickens. A escala internacional, fue el gran momento de la novela europea, y él fue quien mostró la pauta a escritores de la importancia de Dostoievski.

Nacido en Portsmouth, Inglaterra, Dickens es un maestro de la novela realista, decimonónica; también de la autobiográfica y sentimental –resalta Lara Zavala–, un autor del que no deben prescindir los buenos lectores. En esa lid, propone Los papeles de Pickwick, Grandes esperanzas, Historia de dos ciudades, Tiempos difíciles, Cuento de Navidad y David Copperfield, y para quienes deseen conocer la parte final, la inconclusa El misterio de Edwin Drood.

“Era un gran analista de la sociedad inglesa en todos sus niveles; era un escritor serio, pero con gran sentido del humor, y reproducía muy bien el habla de la gente. En cualquiera de las novelas ya empieza a romper con algunos de los tabúes, y deja de hablar como si fuera la Biblia y como si fuera la gente del pueblo... Empieza a hacer cortes transversales de toda la sociedad. Particularmente le interesaba la vida de los huérfanos, por ejemplo en Oliver Twist y Grandes esperanzas.”

De la variedad de personajes emblemáticos de Dickens, destaca a Scrooge, “continuación de los judíos de Shakespeare, como Shylock: el hombre rico, avaro, amargado y que en el caso del Cuento de Navidad no puede disfrutar al dar hasta que se le aparecen los fantasmas. Otro, muy explotado después del siglo XIX es la protagonista de Grandes esperanzas: Miss Havisham. Señora a la que dejaron vestida y alborotada, quien para cobrar venganza se queda con su vestido de novia en una casa totalmente a oscuras y adopta a una chica para que haga mal a la gente... También, Mister Pickwick, personaje más en tono de la picaresca y del humor”.

En este año, instituciones y organizaciones de todo el orbe realizan un programa de actividades en torno a este aniversario, que se cumplió el 7 de febrero pasado. Más información en el sitio www.dickens2012.org/

(Fuente: La Jornada)

domingo, 5 de febrero de 2012

Viaje a través de la noche



Héctor González

(Publicado en Laberinto, Milenio)

“Me siento un poco aparte”, dice el autor del Quinteto de Mogador, quien aquí vuelve a su pasión por la literatura oriental, el erotismo y los emblemas de la naturaleza. No menos apasionada es su visión del insomnio como una forma de goce.

En 2005, Alberto Ruy Sánchez publicó Nueve veces el asombro, última parte del Quinteto de Mogador, su proyecto literario más ambicioso. Sin embargo, entonces todavía no era tiempo de cerrar el ciclo, había algo que añadir: “Cuando terminé la quinta novela me di cuenta de que todo concluye de noche, por eso me ocupo de ella en Elogio del insomnio”. Es así como presenta un ensayo, cercano al estilo vivencial de Montaigne, para disertar sobre el arte de no dormir. “No lo padezco. Lo gozo”, ataja Ruy Sánchez. Quien lea el texto dará buena cuenta de esto, pues el relato se traduce en un viaje personal a través de la noche y sus efectos, siempre sostenido en la biografía del autor. El resultado es un texto anfibio, que navega con soltura entre lo testimonial y la reflexión.

Pero la cosa no para ahí. El escritor se viste de poeta y reúne versos relacionados con la ciudad asiática que lo ha acogido en términos literarios a lo largo de veinticinco años. El resultado es la plaquette Decir es desear que sirve como cereza de un pastel que celebra que por primera vez todas las novelas estén publicadas dentro de la misma colección. Los motivos para estar contento son evidentes y Ruy Sánchez no los oculta.

¿Qué le produce insomnio?

No me lo produce nada en especial. La gente siente que no duerme porque tiene un problema; yo pienso que es al revés. En realidad, no dormir es normal. El problema es cuando dejas que te habiten tus conflictos. Cuando me dicen “tú padeces insomnio”, respondo que no lo padezco, lo gozo. Hay quienes amanecen cansados porque duermen más de lo que necesitan, pero no es mi caso. Si despiertas apaleado, es porque te dejaste visitar por tus demonios. En la vida tú te acercas los motivos y las cosas que te acompañan en la duermevela.

Está claro que no coincide con Cioran cuando dice que el insomnio puede hacer del lugar más paradisiaco un infierno.

Cada quien lo vive de manera distinta. De hecho, para Cioran toda la vida era así… Por suerte, no es mi manera de pasar por el mundo. Siempre trabajo de noche. Es más: al hacer Elogio del insomnio tomé conciencia de que buena parte de lo que he escrito a lo largo de mi vida ha nacido dentro del horario nocturno.

¿Con Decir es desear y Elogio del insomnio ahora sí cierra el ciclo de Mogador?

Sí, de hecho Decir es desear es una plaquette de poesía hecha para celebrar que por primera vez, en los veinticuatro años que llevan apareciendo los libros de Mogador, todos están publicados con el mismo criterio editorial y en la misma colección.

Hizo de Mogador su Comala, su Macondo; será difícil decirle adiós.

Mogador todavía es uno de mis ámbitos, seguirá presente en otros libros. Lo que sucede es que ya no pertenecen a la arquitectura del quinteto. Por ejemplo, tengo un poemario en su honor. El ciclo representó un proyecto muy grande y ambicioso porque vincula el oficio con la manera de estar en el mundo. A esto suma los retos técnicos de cada título y verás que se trató de un concepto muy complejo.

Cada uno de los libros de esta serie tiene diferentes voces narrativas y estructuras, ¿por qué?

El primero, Los nombres del aire, está escrito en tercera persona y parece que lo escribí yo, pero en cuanto abres Los labios del agua, el segundo, te das cuenta de que lo escribió un personaje; es decir, es un objeto de ficción dentro del segundo. Ahí empiezo a mezclar dos tipos de escritura. Así sucesivamente hasta el cuarto (Las manos al fuego) y el quinto (Nueve veces el asombro). En principio hay un cuestionamiento del autor como narrador continuo y eso implica retos de estructura específicos. Después hay la voluntad de pasar de la tercera persona a una mezcla de narradores. Por ejemplo, en Los jardines de Mogador, el tercero, le quité el nombre al protagonista: sólo es una voz que a lo largo de la novela se ve obligada a describir jardines diferentes; esa es la condición de la mujer para hacer el amor. Además, ella le pide que cada uno sea descrito de manera diferente. Ahí una vez más tengo que cambiar el tono porque cada jardín exige un registro diferente.

En este quinteto trabajó también los distintos elementos de la naturaleza.

Cada libro tiene su emblema. Primero está la fugacidad del aire porque cuando estás enamorado hasta el aire que entra por la ventana lleva el nombre de la persona que amas; el agua, porque toma la forma del vaso o de la mano, y crees que la puedes controlar pero si la aprietas se te escapa. En el tercero, a través de los jardines está la tierra, la metáfora del paraíso y de la mujer embarazada. El cuarto está dedicado al fuego y el quinto libro al asombro. En las cosmogonías es una imagen del mundo convertida en metáfora, ya que el universo es agua, fuego, tierra y aire, además del quinto elemento porque siempre hay un quinto elemento, y en este caso es la voz narrativa que cuenta desde el asombro. Cuando terminé este quinteto, que es también un templo al deseo, me di cuenta de que todo concluye de noche. por eso me ocupo de ella en Elogio del insomnio, pero veo también una serie de destellos y esos son los poemas de Decir es desear. En pocas palabras, ambos títulos son el entorno y la noche que queda después del Quinteto de Mogador, así como los deslumbramientos y las luces que veo a través de las montañas.

Hace un momento describió al Quinteto de Mogador como un templo al deseo. Eso me lleva al erotismo como uno de los elementos centrales de su literatura.

Cierto. Al principio pensé en escribir un diario erótico, pero como los hombres somos muy presumidos al hablar de estos temas, le quise quitar el prestigio y lo real, y lo convertí en un índice de sueños. Es decir, quería lograr un relato donde lo que erotizara al lector no fuera la descripción de dos cuerpos desnudos metiéndose el uno en el otro, sino un relato abocado a las otras cosas que suceden en un encuentro de este tipo. Ya en el segundo libro me propuse hacer el relato lo más obsceno posible sin describir una parte del cuerpo. Mi objetivo era contar cómo entra un hombre a una mujer, pero a través de la metáfora de un hombre entrando a una ciudad. En el cuarto libro le di una voz distinta al narrador, acorde a cada una de sus amantes. Eso creo que ejemplifica la importancia que tiene el erotismo.

Esta sensualidad le da el ritmo a la narración. ¿Cómo sabe cuándo lo tiene?

No lo busco, surge cuando tengo necesidad de escribir. Uno de mis maestros decía: “escribir es un verbo intransitivo”. Uno debe preocuparse por escribir sin preocuparse si saldrá un poema, una novela o teatro. Ya después vienen los demás a tratar de venderlo como lo que sea.

Dentro de la literatura mexicana no son muchos los autores que han indagado en la literatura oriental. En este sentido, ¿cuál es su posición en el mapa de las letras mexicanas?

Me siento bien, y sí, me siento un poco aparte y eso está bien porque todos somos distintos. En la literatura perteneces aunque seas distinto. Si los otros no lo ven así es su problema.

Pero en términos de diálogo, ¿con quienes platica su obra?

Los diálogos se dan por razones precisas, a veces son pequeños pero fructíferos; sin embargo, no me siento parte de ningún grupo.

Su cercanía con la literatura oriental y el erotismo me remite a Octavio Paz, una presencia importante en su vida.

Por supuesto, pero era como mi abuelo. Estabas con él y sentías el privilegio de hablar con un genio. Conmigo siempre fue muy generoso.

¿Qué piensa de la rivalidad entre quienes se peleaban por demostrar quién era su ahijado intelectual, rivalidad que lo alcanzó?

Es problema de cada quien. La realidad se va decantando y con el tiempo las cosas se ponen en su sitio. Lo bueno es que cada quien es distinto. ¿Quién es el hijo de Alfonso Reyes? Nadie y todos. Lo mismo sucede con Fernando Benítez. Las rivalidades fueron lógicas pero así es la vida y tampoco es tan grave. Siempre he tratado de tomar distancia para no generar rencores. Por ejemplo, ahora tengo muy buena relación con Aurelio Asiain, gracias a Japón; compartimos la fascinación por ese mundo. Al final no sabes cómo van a terminar las cosas y cada uno tiene que hacer lo que pueda. La vida te ofrece la posibilidad de hacer o no hacer. Las cosas siempre se reacomodan: en eso consiste estar vivo.

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