domingo, 29 de enero de 2012

Estela de dudas - A salto de línea




Braulio Peralta
(Publicado en Laberinto, suplemento de Milenio 28/01/02012)

Desde mi ventana, desde mi cama puedo verla; me acuesto y me despierto frente a la polémica Estela de Luz. Imposible no contemplarla. De noche es luminosa, como imagen de modernidad. De día es opaca en la distancia, semejante a un multifamiliar inconcluso. La veo y recuerdo lo que se ha escrito alrededor de ella. Nadie se atreve a decir que le gusta porque su repercusión mediática ha sido cuestionada, básicamente, por el halo de corrupción que la circunda —lo que está por comprobarse—. Es pertinente un acercamiento estético a la obra.

A muchos que pregunto quemarían la Estela de Luz en leña verde, pero cuando cuestiono si han ido a verla, in situ, dicen que no. A priori, la descalificación. Al observarla percibo que el entorno no rompe con la armonía de Reforma; al contrario, el antiguo edificio de Salubridad gana en belleza, a pesar del paso de peatones y las pintas en bardas aledañas. La gente ahí congregada para atestiguar el espectáculo de luz asume —pese a lo dicho sobre malversación de fondos para la realización de esta construcción— que “está bien”, “bonita”, “es un espacio público más”, “bastante cara pero hermosa”. Pocos dicen lo contrario.

Por principio, habría que verla como un elemento estético, un objeto de arte, nada más. Una apuesta atrevida, fuera de lo que conocemos como esculturas o monumentos, cuando en otras partes del mundo hay innumerables ejemplos de instalaciones lumínicas. Pareciera incorrecto apostar por ella pero, lo confieso, me gusta (chin, ya lo dije). No veo en su entorno contaminación visual (no como las tres esculturas en menos de 150 metros que hay en Reforma y Juárez: la fuente de agua, el Caballito de Sebastián, y el otro caballo extraño, el de Manuel Felguérez).

El curador David Torrez compara la polémica Estela de Luz con El Faro del Comercio, en Monterrey, creado en 1984 por Luis Barragán, y cuya punta tiene rayos láser que la prolongan al cielo. Dice Torrez: “es un ejemplo de la importancia e influencia de Barragán en los artistas contemporáneos. La Estela de Luz es delicada, bella y luminosa”. Podríamos agregar otras esculturas similares, pero de concreto —también de Barragán, y Goeritz—, las Torres de Satélite, tan criticadas en su momento y hoy emblema de la Ciudad de México. Puede ser un sacrilegio comparar el alabastro con el concreto, pero nos arriesgamos.

Prolifera la ideología en las opiniones en torno a este mal llamado monumento, escultura o fuente lumínica. En realidad es una instalación. El arquitecto que la conceptuó, César Pérez Becerril, se niega a aceptar el proyecto final de la Estela de Luz por las anomalías alrededor. Creo que Pérez Becerril comete un error porque terminarán por olvidarlo a él como artista, mientras que a su obra se la apropiará la gente, tan necesitada de espacios públicos.

La estética de la Estela de Luz y las dudas sobre la corrupción en que se incurrió para su realización son dos cosas diferentes y debiera reflexionarse en ello, sobre todo porque se sometió a un concurso de oposición y los jurados fueron tanto del gobierno federal como capitalino. Ojo: no todo lo que se instala en las calles de la ciudad pasa por concurso. Por eso tenemos tantas obras horripilantes. Nadie nos preguntó por la Cabeza de Juárez, las culebras de Revolución en tiempos de Cárdenas y, obvio, “los caballitos” que nos han impuesto. Con la Estela se pretendió la transparencia y...

¿Qué será de esta Estela que tantas dudas genera? ¿Terminará por apropiársela la gente, más allá de los rumores de corrupción que la cobijan? ¿Olvidarán para siempre la idea original para la que fue creada (el Bicentenario)? ¿Terminará como un espacio público donde el esparcimiento y el espectáculo la conviertan en un emblema de la ciudad? Amén del calderonismo, en el sexenio que viene ¿los mexicanos querrán que la destruyan o prefieren que permanezca? Yo, por lo pronto, la convertiría en una cineteca nocturna con ciclos de películas mexicanas. Cine en la calle, como a principios del siglo XX; y toda la luz de esta Estela, en despliegue hasta alcanzar mi ventana.

braulioperalta@yahoo.com.mx

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